El Bachiller Sabuco quiere ser un 'Instituto Histórico'

A.M.
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El centro de la Avenida de España conserva importantes colecciones didácticas, mapas y expedientes académicos fechados a partir de 1840

Espectacular -y original- salón de actos del IES Bachiller Sabuco. - Foto: R.S.

A primeros del pasado mes de junio, el Diario Oficial de Castilla-La Mancha publicaba una Orden de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes por la que pasa a regular la declaración de Instituto Histórico de Castilla-La Mancha, una figura a la que sólo pueden optar los -hoy- institutos de Educación Secundaria más antiguos de la región, algunos herederos de las universidades españolas que se suprimieron en 1845 y que pasaron a denominarse Institutos Provinciales de Segunda Enseñanza.

Según recoge la propia Orden autonómica, estos institutos heredaron, en la mayoría de los casos, los bienes muebles e inmuebles de las antiguas universidades, conservando a día de hoy gran parte de los bienes artísticos, arquitectónicos, científicos, bibliográficos y documentales que conforman el patrimonio histórico educativo.

Tras la aparición de una serie de iniciativas a nivel nacional que han puesto de manifiesto la necesidad de que las administraciones se impliquen en la ingente labor de restauración, catalogación y cuidado de este rico patrimonio, la Consejería de Educación, Cultura y Deportes ha decidido atender dichas necesidades mediante la creación y regulación de la figura de Instituto Histórico de Castilla-La Mancha, una declaración que, entre otros efectos, debe llevar aparejado -tal y como aparece en la Orden-, un «tratamiento singular» en lo referente a «dotación de recursos humanos y económicos destinados a abordar la conservación del patrimonio». Se supone pues que todo aquel centro educativo que logre este reconocimiento deberá recibir dinero para garantizar la conservación de este patrimonio y para contratar personal que catalogue y preserve la colección documental y bibliográfica.

Aun sin contar con universidad ni con instituto provincial de segunda enseñanza, esta capital sí que dispone de un instituto histórico:el Bachiller Sabuco, que ya tiene toda la documentación preparada para solicitar esta declaración. El centro cuenta con la particularidad y singularidad de tener un patrimonio histórico educativo propio -no heredado de ningún otro recurso-, muy vinculado al desarrollo de los acontecimientos de esta capital. Entrar en el actual edificio de la Avenida de España supone trasladarse a un pasado que se nos hace lejano, pero que no difiere mucho del presente. No en vano, viejos pupitres, taquillas, mobiliario y laboratorios siguen siendo utilizados por los alumnos del siglo XXI.

Sus 174 años de vida han originado ingente material para impartir el Magisterio. Láminas y modelos didácticos de Zoología, Botánica y Anatomía Humana elaborados en escayola, papel maché, alambre, metal, plástico, tela plastificada, esqueletos humanos y de animales naturales y de resina; colecciones de minerales, rocas, fósiles, modelos cristalográficos, insectos, conchas, huesos, semillas y plantas de herbario, que han pasado por millones de manos de educadores y alumnos, componen las colecciones más valiosas de la propiedad histórica del instituto.

En su planta superior, unas vitrinas muestran en los pasillos los antiguos instrumentos con los que se impartía la docencia: telescopios, goniómetros, densímetros, micrótomos, balanzas; aparatos de física y química de los siglos XIX y XX.

Otra de sus colecciones más espectaculares es la cartografía realizada en relieve, entre la que destaca un gran mapa de España que preside la escalera principal del actual edificio, que, como curiosidad, incluye en su parte inferior derecha un escudo de la IIRepública. Lo extraño es que este mapa no fuera retirado durante la época franquista. Hoy sigue en su sitio.

Además de estas colecciones para apoyar la enseñanza en diferentes materias, el IES Bachiller Sabuco conserva el mobiliario de los años 40, aulas con los pupitres de antaño en los que hoy reciben clase los alumnos de Bachillerato, laboratorios de ciencias naturales, física y química, expedientes académicos desde 1840 y tres bibliotecas, una de ellas dotada con los casi 2.000 volúmenes que donaron los herederos de Demetrio Nalda.

<B>EL ORIGEN.</B> A pesar de la falta de unanimidad, el denominado Instituto de Albacete inauguró su primer curso entre 1839 y 1840, gracias al papel que desempeñó Agustín González Rubio, que luchó por su implantación.

La historia que recoge el dossier preparado por la directora del Bachiller Sabuco, Ana Rodríguez Vera, confirma que el Instituto de Albacete pasó por dos sedes antes de llegar al edificio de la Avenida de España: primero se instaló en el convento de San Agustín, poco después en el exconvento de los Franciscanos de la calle Zapateros, donde sucedieron importantes acontecimientos, como la visita del rey Alfonso XII o el ingreso de Ramón Menéndez Pidal.

<B>DE 1900 A 1933.</B> A principios del siglo XX, su denominación fue Instituto General y Técnico. En esos años llegó la luz eléctrica, se imparten clases de agricultura y se inicia el estudio de Magisterio, que se dejó de impartir en 1914. En 1921, el instituto contaba con 605 alumnos matriculados, por lo que la falta de espacio ya era un problema grave. Pero no fue hasta febrero de 1923 cuando llegó el Real Decreto para la construcción del nuevo edificio del parque de Canalejas, con proyecto de Manuel Sainz de Vicuña y Julio Carrilero Prat. La inauguración corre a cargo del ministro de Instrucción y Bellas Artes, Marcelino Domingo, el 6 de diciembre de 1931, siendo director del centro, Rafael Selfa. Sin embargo, el traslado desde la calle Zapateros no se produjo hasta los inicios de 1933 debido a «problemas técnicos».

<b>DE 1936 A 1939</b>. Con el golpe de estado de 1936, el Instituto se utilizó para un fin bien distinto para el que fue concebido: se convirtió en la sede de los tristemente célebres Tribunales Populares, unas agrupaciones de ciudadanos que sin garantías procesales ajusticiaban a todo sospechoso de sedición o a sus familiares.

De ahí que una de los rumores que rodea al edificio actual es que cuenta con un pozo subterráneo donde pudiera ser que se encontraran huesos y armas escondidas, ya que con la llegada de las Brigadas Internacionales, el inmueble se convirtió en su cuartel y centro de instrucción. Las clases volvieron al Instituto en septiembre de 1939.

El instituto continuó en solitario hasta que en 1965 se inauguró el actual Tomás Navarro Tomás.

Tras la presentación de toda esta documentación, elaborada minuciosamente por la directora Ana Rodríguez, la Consejería de Educación tendrá un plazo de tres meses para anunciar si concede la declaración de Instituto Histórico de Castilla-La Mancha al instituto de Educación Secundaria Bachiller Sabuco de Albacete.