Eloy M. Cebrián: «'Madrid, 1616' es una novela adictiva»

A. Díaz
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El Instituto Bachiller Sabuco de Albacete acogió la presentación de Madrid, 1616, de Eloy M. Cebrián y Francisco Mendoza, que sale con Algaida Editores

El Instituto Bachiller Sabuco de Albacete acogió la presentación de Madrid, 1616, de Eloy M. Cebrián y Francisco Mendoza, que sale con Algaida Editores. Eloy M. Cebrián, autor y columnista de La Tribuna de Albacete, comentó las características de esta novela.

¿Es la segunda parte de Madrid, 1605?

Hace tres años publicamos, Francisco Mendoza y yo Madrid, 1605 y ésta no es que sea la segunda parte, es otra novela de la misma serie, de la misma saga. Una obra con los mismos personajes, pero no es necesario leer la primera, porque es una aventura distinta.

¿Obra conjunta?

La parte literaria es mía. La novela lleva una ambientación de fondo, el coleccionismo de libros antiguos y bibliofilia, que es la que Francisco Mendoza se encarga de documentar, pero la trama, argumentos, personajes y el proceso de escritura, es mía.

¿Quiénes son los protagonistas de Madrid, 1616?

En realidad son dos novelas en una, hay dos tramas. Una está ambientada a principios del siglo XVII y la otra en la actualidad. En la trama del Siglo de Oro los personajes principales son Miguel de Cervantes, en los últimos 11 años de su vida, su yerno, un personaje ficticio que se llama Gonzalo de Córdoba, que escribe la crónica a través de la cual seguimos los acontecimientos, y también William Shakespeare, porque hay una parte de la novela que se desarrolla en Inglaterra. En la parte contemporánea, el protagonista es un bibliófilo, construido a imagen y semejanza de Paco Mendoza, que se llama Erasmo López de Mendoza, coleccionista y profesor universitario jubilado; luego, una antigua alumna suya, que le hace de ayudante, como Sherlock Holmes y del doctor Watson. También encontraremos otros personajes del turbio mundo de la bibliofilia y el tráfico de arte.

¿Un apunte del argumento?

Es difícil, porque hay varios ejes argumentales. El tesoro que se busca en la novela es una versión alternativa de la segunda parte del Quijote. Es bastante conocido que Cervantes, cuando se enteró de la publicación del Quijote de Avellaneda, cambió el plan de su novela, el argumento, para separarse lo más posible. Lo que se plantea es que Cervantes había terminado de escribir la segunda parte del Quijote, cuando se publicó el de Avellaneda y sustituyó los capítulos finales. Esa versión alternativa es lo que van buscando los protagonistas de la parte contemporánea.

¿Una novela policiaca?

Sí, es un thriller, una novela de detectives, una historia con muchos giros argumentales, con mucha intriga. Sobre todo, aunque el tema pueda sonar un poco libresco, pero es una novela pensada para entretener, para enganchar al lector y creo que está bastante conseguido, es una novela adictiva.

¿Cuánto tiempo le ha llevado la obra?

Se ha escrito durante la primavera y el verano, a marchas forzadas; unos meses viviendo dentro de la novela.

¿Habrá una tercera parte?

Publicar un libro hoy en día es tan difícil que más vale no vender la piel del oso antes de cazarlo. Hay argumento para una tercera parte, porque quedan cabos sueltos que se podrían recuperar. A mí me apetecería.