Albacete reconoció el éxito de su baloncesto

Cristóbal Guzmán
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El alcalde recibió en el Ayuntamiento al ascendido Albacete Basket, que también ofreció la Copa a la Patrona

La celebración por el ascenso del Albacete Basket a la Liga LEB Plata vivió ayer su punto central con el reconocimiento público del Ayuntamiento de la ciudad a los integrantes del club.

El alcalde Javier Cuenca recibió a jugadores, técnicos y directivos en el salón de Plenos, donde había representación de todos los grupos municipales, les felicitó por el logro «que es el de toda la ciudad» e incluso les emplazó a que en un futuro vuelvan a visitar el Consistorio por un eventual ascenso a la Liga LEB Oro.

Miguel Mirasol, presidente del club, aseguró que tenía «entre ojo y ojo devolver el baloncesto a la ciudad y ponerla donde se merece», aunque adelantó que el futuro próximo «si bien es bonito, también será duro y no podemos dormirnos en los laureles con retos en los próximos días». «Necesitaremos un pabellón a la altura de la LEB Plata», recordó, y también solicitó que el sector empresarial «arrime el hombro» para consolidar al club en la nueva categoría.

Alfredo Gálvez, entrenador del equipo, se acordó «de los aficionados y de los que trabajan en la sombra» y dedicó un discurso emocionado a sus jugadores, especialmente a Diego Fox, «el corazón del Albacete Basket que se merece un monumento». El técnico completó un discurso encendido en pro del baloncesto, de la unidad lograda de los clubes de la ciudad y de la gestión austera como base del éxito. «No queremos una entidad endeudada, pretendemos cumplir con nuestros compromisos y deseamos ser un espejo con nuestro modelo», dijo.

«Merece la pena nuestro proyecto y no queremos ser marginales, sino algo que sienta la ciudad», agregó.

Por su parte, el capitán Diego Fox enumeró las virtudes de cada uno de sus compañeros y aseguró que Albacete «ha recuperado el baloncesto». «En ningún lugar de la categoría hay tanta afición como aquí», subrayó, aunque destacó especialmente el trabajo de Alfredo Gálvez. «No debería irse nunca, es la pieza más importante, él es el baloncesto», espetó. «Él no merece un monumento, merece un planeta», señaló.

Al término de la recepción consistorial, los integrantes del Albacete Basket se desplazaron a la catedral donde, de manera excepcional, se les abrió el camarín de la Virgen de Los Llanos para ofrecerle un ramo de flores y la copa de campeones.