Poesía del instante

ANA MARTÍNEZ
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El poeta y haijín León Molina acaba de publicar 'Rumor de acequia', un combinado de haikus y haibun dedicados a la naturaleza, el amor y la vida urbana

No se entiende muy bien cómo sabe combinar la pasión, la efervescencia y el brío intrínseco de la sangre cubana con la delicadeza, la sutileza y la exquisitez de la poesía japonesa. Seguramente se debe a que León Molina es, desde su adolescencia, un gran consumidor de la obra de Matsuo Basho, considerado uno de los grandes maestros de haikus, un poeta oriental que ha venido inspirando al escritor afincado en Albacete desde hace décadas.

Estaba pendiente de que una editorial dedicase una colección a los haikus. Y La Isla de Siltolá, con la que ya ha publicado varios libros, se la ha puesto en bandeja: Rumor de acequia es el resultado de un álbum de haikus y haibun que León Molina ha ido guardando en una carpeta esperando la ocasión de imprimirlos sobre las blancas páginas de un cuaderno, rematado por una libélula oriental, obra de Ana Sotos.

Ocho capítulos en los que mezcla haikus y haibun y cuyo hilo conductor es la naturaleza, un entorno muy adecuado para la poesía oriental y que León Molina controla a la perfección como gran senderista y amante de la naturaleza que lleva siendo desde hace años, un vínculo que ha reforzado desde que trasladó su residencia habitual a Yetas, una aldea de Nerpio que le pone en bandeja las monumentales montañas y paisajes de los calares del río Mundo y la Sierra de las Cabras.