Uno entre 22 millones

A.M.
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Miguel Ángel Egido es el único donante de médula del mundo que puede salvar la vida a un enfermo alemán. El joven albacetense se inscribió en el Registro de Donantes gracias a una compañera de trabajo

La historia es digna de ocupar las portadas de los periódicos y los espacios de los informativos. Te invita a la reflexión y a concluir que, a pesar de todo, hay gente buena y solidaria por el mundo. A sus 35 años de edad, sin pretenderlo ni buscarlo, Miguel Ángel Egido se ha convertido en la cara más amable de la fraternidad desde que fue avisado para donar sus células madre a un joven alemán enfermo de leucemia. Sólo él puede salvarle la vida. Sólo su médula ósea es compatible al cien por cien con el anónimo receptor.

No han pasado ni dos años desde que Miguel Ángel se inscribió en el Registro de Donantes de Médula Ósea (Redmo), un listado donde figuran los ADN de los 22 millones de donantes de médula ósea que hay en todo el mundo. Sólo él, sólo uno entre estos 22 millones, es compatible con las células madre del desconocido alemán.

La médula ósea es un tejido indispensable para la vida, ya que fabrica las células de la sangre y del sistema inmunitario. Muchas enfermedades son consecuencia de una producción excesiva, insuficiente o anómala de un determinado tipo de células derivadas de las madre, entre ellas, la temida leucemia. El trasplante de médula ósea permite su curación al sustituir las células defectuosas por otras normales procedentes de un donante sano.

Hacía tiempo que Miguel Ángel quería inscribirse como donante de médula ósea, después de serlo de sangre y de órganos. No sabía cómo hacerlo. Casualidades de la vida, Paqui García, compañera de Miguel Ángel en El Corte Inglés de Albacete, decidió hacerse donante de médula ósea a raíz de conocer el caso de un niño de nueve meses afectado por leucemia.

 «Soy madre, escuché a su padre hablar y decidí hacerme donante». El impacto que le causó este cáncer en la sangre -por cierto, el más extendido entre la población infantil y adolescente- hizo que Paqui fuera informando a familiares, amigos y compañeros de trabajo, hasta tal punto de colocar carteles informativos de la plataforma Unidos por la médula en las zonas de personal de El Corte Inglés. Fue así como Miguel Ángel se puso en contacto con Paqui y se convirtió en donante de médula ósea junto con otros 50 trabajadores del mismo centro comercial.

La sorpresa fue cuando el pasado 7 de junio recibió la llamada de la Fundación Josep Carreras, gestora del Redmo, anunciándole su compatibilidad con un joven enfermo de leucemia en Alemania. Decidido a salvar su vida, Miguel Ángel se sometió el pasado día 20 a una especie de preoperatorio en La Paz.

El paso siguiente sería administrarse a partir del 31 de julio cuatro inyecciones subcutáneas que provocan, de forma transitoria, la generación de más células madre y el paso de éstas a la sangre periférica.

Tras este proceso, el 4 de agosto Miguel Ángel se tenía que someter a una citoaféresis, consistente en sacar sangre de la vena de un brazo, filtrarla por una máquina en la que se quedan sus células madre y devolverla al donante por la vena del otro brazo. Este procedimiento, que dura unas cuatro horas y permite regenerar las células madre del donante en muy poco tiempo, no presenta efectos secundarios graves, como mucho un dolor similar a un cuadro gripal y posibles calambres que pueden solucionarse con un simple analgésico.

Sin embargo, una llamada el pasado viernes ha paralizado el proceso, ya que el joven alemán padece una neumonía y no se puede someter al trasplante, por lo que Miguel Ángel tendrá que esperar a un nuevo aviso.

<b>Punción en la cadera.</b> Además de la citoaféresis, la donación de médula también se puede realizar a través de una punción en la cadera, una alternativa que también escogen muchos donantes porque es más rápida y porque permite extraer más células madre.

Tanto Paqui como Miguel Ángel insisten en lo fácil que es hacerse donante de médula ósea y lo difícil que es que te llamen para donar pues, según la Fundación Josep Carreras, sólo uno de cada 500 donantes llegará a hacer efectiva la donación.

Inscribirse sólo requiere acudir a la Hermandad de Donantes de Sangre y Centro de Transfusiones del Hospital General de Albacete y comunicar la intención de ser donante de médula ósea. Inmediatamente y sin ser necesaria cita previa, se extrae una muestra de sangre -un simple análisis- para estudiar las características de histocompatibilidad, una especie de DNIde la sangre con el que el donante quedará registrado en el Redmo. La probabilidad de que un día llamen por teléfono para comunicar que sus células madre pueden salvar la vida a un desconocido es mínima, esencialmente porque tan sólo un 0,3% de la población española es donante de médula ósea. Por contra, cada año se diagnostican 16.000 enfermedades -5.000 leucemias entre ellas, muchas en niños- que derivan en un transplante de médula o en una muerte segura si no se encuentra donante compatible.

Tanto Miguel Ángel como Paqui coinciden al resaltar la desinformación que tiene la población sobre esta donación, que la confunde con la médula espinal. «Donar médula ósea no es peligroso, no es doloroso, no tiene efectos secundarios; donar médula es dar vida en vida», enfatiza Paqui.

Por eso, sin tener familiares ni amigos afectados, sólo por el hecho de ser madre y de entender que «cualquier día nos puede tocar a cualquiera», el único trabajo voluntario y altruista de Paqui y de Miguel Ángel es hacer donantes y que la población esté bien informada. «Es una pena que uno de cada cuatro niños muera porque necesita una médula y no la encuentra; es algo que mañana te puede tocar».

Con todo el respeto que merece este tipo de intervenciones, Miguel Ángel dice no sentir miedo. Aún paralizada la donación, acaba de comerzar el camino hacia su mejor azaña solidaria.