La quiebra de Maderas Nobles de la Sierra arrastra a 3.000 inversores

Maite Martínez Blanco
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La empresa, que ha captado 20 millones de euros, vendía árboles maderables plantados en la Sierra de Alcaraz

Juan Valero, entre Vandana Shiva y Cristina Narbona, trajo a Al Gore al Primer Encuentro de Amigos de los Árboles. - Foto: MNSS

Sencillo, seguro y ecológico. Así era el negocio con el que la empresa Maderas Nobles de la Sierra del Segura (MNSS) echó a andar en el año 2000 y logró captar el dinero de cerca de 3.000 inversores, particulares y empresas, que aportaron unos 20 millones de euros y que a día de hoy temen que su dinero se haya desvanecido.

Los clientes compraban lotes de árboles, nogales, castaño, cerezos o paulonias, que Maderas Nobles plantaba en sus fincas de Alcaraz y en el monte de Vincios (Pontevedra), comprometiéndose a cuidarlos durante todo su ciclo productivos (20 años para los nogales). Transcurrido ese tiempo, el  árbol sería talado y su madera vendida, plantándose un nuevo ejemplar en sustitución. Los beneficios por la venta de la madera se repartirían un 90% para el cliente y el 10% para la empresa. En base al precio de la madera en el mercado, Maderas Nobles pronosticaba beneficios de hasta un 12%. Los árboles se vendían en lotes, por ejemplo uno de 10 nogales se oferta por 4.179 euros, según reza en la web de la empresa que aún sigue activa, aunque el teléfono de contacto que en ella se indica está fuera de servicio.

Concurso de acreedores. Esos cálculos parece que hoy son más que el cuento de la lechera. Maderas Nobles ha solicitado a un juzgado de Valencia, donde ahora está su sede empresarial aunque hasta no hace mucho estuvo en Riópar, el concurso de acreedores ante su comprometida situación financiera. Acumula deudas que rondan los 2,4 millones de euros y sus bienes, las fincas donde tienen plantados los árboles, están embargadas. Lo peor es que, según un informe técnico que encargaron los afectados este verano, los árboles plantados no son recuperables pues hace ya tiempo que no reciben los cuidados debidos.

En junio del 2013 la empresa, a través de un boletín, comunicó a los dueños de los árboles la delicada situación que atravesaba. Su administrador, el mentor de este proyecto, Juan Valero Valdelvira, les comunicaba que se había quedado sin liquidez, que acumulaba 1,8 millones de deudas y que además necesitaba al menos 700.000 euros para mantener la plantación. Una plantación que, según les dijo, andaba retrasada en su crecimiento por lo que los árboles tardarían más años en ser maderables. Para salir de esta situación, Maderas Nobles sugería modificar la plantación, mezclando árboles maderables con especies de reforestación. E incluso hablaba de hacer una ampliación de capital que se llevó a convocar en octubre, un par de meses antes de solicitar el concurso.

Los dueños de los árboles han decidido agruparse para saber qué había pasado con su dinero y sus árboles. A día de hoy han constituido una plataforma, en la que están agrupados más de 1.000 afectados, con la intención de personarse en el concurso de acreedores y estudiar la adopción de medida legales contra la empresa por la posible existencia de delitos societarios y la Comisión Nacional de Mercado de Valores «por su falto absoluta de control sobre el mercado de inversión en bienes tangibles». «No hay dinero, los árboles están abandonados y las explotaciones embargadas;y las expectativas de recuperar lo invertido no son muchas;por eso queremos que haya un procedimiento para investigar el uso y el destino de ese dinero, saber si sólo ha habido mala gestión o algo más», declaró el abogado Óscar Serrano. En esta iniciativa están asesorados por los despachos Colectiu Ronda, E.J. Abogados y la Asociación de Usuarios afectados por Permutas y Derivados Financieros (Asuapedefin).

Invitan a todos los clientes de Maderas Nobles a sumarse a esta plataforma, que bajo el título «¿Dónde están nuestros árboles?» han abierto un blog en internet.  «Visto el fracaso de las plantaciones de árboles de Maderas Nobles de la Sierra del Segura, quienes invertimos en ese proyecto, como alternativa al ahorro en banca no ética, ahora afectados, queremos aclarar si la empresa Maderas Nobles es una estafa o el resultado de un total incompetencia», explican.

Los afectados se han reunido al menos en un par de ocasiones con Juan Valero, la última a primeros de diciembre. En la reunión, según relatan en su blog, les contó que la deuda iba por 2,5 millones y que los principales acreedores eran Caja Castilla-La Mancha (700.000 euros), La Caixa (175.000 euros), Hacienda (200.000 euros) y la Seguridad Social (100.000 euros), además de otros 170.000 euros a clientes que formalizaron opciones de compra y otras deudas con proveedores. Los bancos no han querido refinanciar las deuda y han preferido ejecutar las hipotecas, cuentan.

¿Y el dinero?. ¿Dónde ha ido a parar el dinero? Detallan en el acta de esta reunión, los 20 millones invertidos se han gastado, según les contó Valero, un 22% en gestión comercial, un 37% en terrenos (7,5 millones de euros), 10% en plantones y árboles (2 millones de euros) y el resto en los jornales del equipo de campo formado por entre 15 y 20 personas. La mayor plantación está en Alcaraz, pues en Galicia sólo se han llegado a plantar 150 lotes de árboles además en un monte que no es propiedad de la empresa, sino que lo tenía alquilado al municipio de Vincios.

Y los árboles, ¿en qué estado se encuentran? Este verano, en julio, un técnico de agroecología y un topógrafo visitaron la explotación, para hacer un informe por encargo de los afectados. Sus conclusiones no pudieron ser más decepcionantes. Explican en su informe que los árboles no están podados desde hace varios años, que han sido objeto de podas a destiempo o mal hechas con la consiguiente pérdida de calidad de la madera, que en los pocos árboles que han sobrevivido su crecimiento es «pobre» y que no tienen riego desde hace mucho tiempo. Detallan en su informe que aunque hay una gran balsa de riego, está vacía y posiblemente rota y que el sistema por goteo no se ha llegado a instalar en muchos lugares. Sospechan que el terreno no se preparó debidamente para la plantación inicial y que los árboles no cumplen el requisito de verticalidad para ser explotados como maderables.