Tras el claro no de los griegos a la política de austeridad de sus acreedores en el referéndum del pasado domingo, la Unión Europea se mostró ayer dispuesta a retomar unas negociaciones que podrían verse facilitadas por la dimisión del ministro de Finanzas heleno, Yanis Varoufakis, aunque desde Alemania descartan, por el momento, que se pueda llevar a cabo un nuevo rescate.
«Si todas las partes trabajan seriamente, es posible encontrar una solución, incluso en esta situación tan complicada», aseguró el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Valdis Dombrovskis. «El voto a favor del no complica las cosas», apuntó, al tiempo que avisó de que «no hay ningún camino fácil para salir de la crisis».
Menos dispuesto se mostró el Gobierno de Angela Merkel, cuyo portavoz, Steffen Seibert, subrayó que «en este momento no se dan las condiciones necesarias para entrar en negociaciones por un nuevo programa de ayuda».
Por su lado, el vicecanciller germano, Sigmar Gabriel, indicó que el resultado de la consulta «rompió los últimos puentes por los que Grecia y Europa podrían moverse hacia un acuerdo».
A la espera de que el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, presente hoy su prometido nuevo plan de propuestas, con el que espera volver a la mesa de negociación con las instituciones, la jornada se augura intensa.
A primera hora de la mañana, tendrá lugar un encuentro del Eurogrupo, en el que los titulares de Finanzas y Economía de la moneda única abordarán la situación a la que se enfrentan tras el rechazo de los ciudadanos griegos a las medidas ofertadas por la troika. Horas después, los jefes de Estado y de Gobierno harán lo propio, con la previsible lista de reformas que llevará Tsipras a la cumbre.
Entre las proposiciones de Atenas se encuentra la apertura de un nuevo plan de rescate para la nación mediterránea valorado en unos 30.000 millones de euros, un tema que tendrán que debatir los líderes comunitarios y sobre el que Alemania se mantiene firme en su rechazo.
Desde Bruselas insisten en que, para que esta ayuda sea posible, es imperativo «iniciar todo el proceso de nuevo», lo que pasa por una decisión del Eurogrupo en cuanto a la necesidad de un nuevo programa de asistencia, el visto bueno de varios parlamentos -entre ellos el germano- y la definición por los ministros de la zona euro de un nuevo mandato negociador, según explicó un portavoz comunitario. Y este camino no se emprenderá si Tsipras «no ofrece primero propuestas concretas y creíbles», añadió.
«Para negociar necesitamos un mandato del Eurogrupo», insistió Dombrovskis, quien incidió en que las condiciones del segundo plan de rescate han caducado, incluida la posibilidad de reestructurar la deuda, una opción que se ha exigido de manera continuada desde Atenas. «La oferta ya no está sobre la mesa», remachó el vicepresidente de la CE.
De este modo, la intensa jornada de hoy se centrará en esas medidas que se esperan por parte de Tsipras y en el análisis de las mismas, así como en la discusión sobre si se dan las circunstancias favorables para iniciar una nueva ronda de negociaciones que puedan ayudar a cerrar el tan esperado acuerdo definitivo. «La prioridad deben ser las reformas necesarias», remarcó Dombrovskis, para afirmar que si «todos» se comprometen a trabajar «juntos» será «posible encontrar una solución».
«Va a haber muy pocos ganadores en las conversaciones, porque un no hace mucho más complicado todo. Necesitamos una vía para seguir avanzando», zanjó.
Según otra fuente del Consejo Europeo, «los ministros esperan nuevas propuestas». Pero desde el punto de vista del jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, el resultado de la consulta complicó todo. El holandés aseguró que seguirá intentando que Grecia permanezca en la zona euro. «Pero hay que ver si se consigue», agregó, advirtiendo de que debe estar dispuesta a adoptar medidas difíciles.