Arturo Vidal, ‘Kingarturo’ en las redes sociales, no acaba de encontrar su camino en el Barcelona, donde llegó como la gran solución para el centro del campo a principios de curso. Sin embargo, el chileno no ha entrado con la asiduidad que le gustaría en las alineaciones de Ernesto Valverde, por lo que, además de luchar por un puesto en los entrenamientos, ha decidido airear su malestar en las redes. Unas declaraciones que no han sentado nada bien en la entidad culé. «No tiene la delicadeza que un profesional debe tener respecto al técnico y a sus compañeros», manifestó ayer el mánager general del equipo azulgrana, Pep Segura. 

Vidal no soporta el banquillo, no ser protagonista y para comprenderlo es preciso echar un vistazo a su palmarés: tres títulos en su país con Colo Colo, siete en Italia con la Juventus, seis en Alemania con el Bayern de Múnich, uno con el Barça en este inicio en España y dos Copas de América con Chile. Quizá, con 31 años, el ‘rey’ aterrizó en la Ciudad Condal convencido de que podría conquistar el único gran título que le  falta en su palmarés a nivel de clubes: la Liga de Campeones.

Por eso después de verse durante 87 minutos en el banquillo de Wembley, donde el Barça acababa de derrotar al Tottenham (2-4) en el mejor partido del curso, el sudamericano decidió expresar sus sentimientos en Instagram, donde publicó un mensaje con un emoticono en el que mostraba su enfado. Según fuentes culés, fue el propio vestuario el que le llamó la atención y le obligó a rectificar.

El problema de Vidal no es que Valverde prefiera a Ivan Rakitic antes que a él, sino que el brasileño Arthur Melo también está por delante en la rotación que el chileno y últimamente Rafinha Alcántara aparece asimismo en la cabeza del entrenador.

Así, después ser suplente de nuevo en Mestalla, volvió a desahogarse en Instagram: «Con los judas no se pelea, ellos se ahorcan solos!!!!». Ese mensaje después de recibir más de 8.000 ‘me gusta’, entre ellos de Marc André ter Stegen, desapareció poco después de la red.

El chileno es de los que nunca se ha mordido la lengua a la hora de expresar sus opiniones. Sin embargo, por alguna desconocida razón, en vez de hablar directamente con el técnico blaugrana, ha decidido airear sus pensamientos de ‘bad boy’, de futbolista que vive como juega, siempre al límite. Sabe que para un antimadridista confeso como él y después de superar una lesión de rodilla que le mantuvo de baja desde abril a agosto pasado, fichar por el Barcelona fue un regalo inesperado que el fútbol le hizo.