Un cumpleaños muy especial

Juan Carrizo
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El Albacete Balompié alcanza los 75 años de historia desde su nacimiento allá por 1940, gracias al entusiasmo y empeño de Antonio Lozano Matarredona, su primer presidente, Pedro Monzón y Antonio Tabernero

A las 22 horas del 1 de agosto de 1940 se reunían en el Café Colón, en la calle Concepción, Antonio Lozano Matarredona, Pedro Monzón y Antonio Tabernero para fundar el Albacete Balompié, lo que quedó reflejado en el acta de la reunión que definía detalles como el nombre de la entidad o la primera directiva, que iba a presidir Matarredona. Ese día se plasmó lo que llevaban un año estudiando estos tres entusiastas del fútbol en Albacete que pretendían recuperar el fútbol en la ciudad después de la Guerra Civil.

Hay que recordar que el fútbol llegó hasta Albacete sobre 1917 de la mano de un maestro de escuela  llamado Franklin Albricias, cuyo nombre quedo como homenaje en una de las calles adyacentes al Estadio Municipal Carlos Belmonte. Aunque Albacete Balompié era el nombre que le gustaba a Matarredona, la primera inscripción se realizó como Albacete Fútbol Asociación, pero la Federación ordenó al año siguiente españolizar los nombres y ahí pasó el club a llamarse Albacete Balompié.

El fútbol se jugaba hasta entonces en el Campo del Paseo de la Cuba y el nuevo club pasó a jugar en el Campo del Parque, donde ahora se ubica el Parque Abelardo Sánchez y que era propiedad del Circulo de Cazadores, por lo que también era llamado comúnmente el cinegético. Ya en 1060 se inauguró el Estadio Municipal Carlos Belmonte, que tras varias reformas sigue siendo el campo de juego del Albacete Balompié.

Los primeros años del club pasaron por la regional murciana, pues no hay que olvidar que Albacete perteneció a la Región de Murcia hasta que en 1982 se fundo la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. En 1943 se llegó a la Tercera División y en la campaña 49-50 tocó techo con la primera participación en la Segunda División, entonces dividida en dos grupos. Aguantó dos temporadas y tras el descenso no pudo competir en la 51-52 por problemas económicos, algo que ha sido una constante en la historia de la entidad.

Se regresó en Tercera y, tras un largo periplo en la entonces categoría de bronce, en la 61-62 se volvió a jugar en Segunda División, aunque sólo una temporada. En los 70 la mala situación económica volvió a situar al Albacete Balompié en categorías regionales. Precisamente en la 74-75 se logró ser campeón de grupo con una campaña espectacular en la que se logró un récord de goles que será difícil de batir, ya que se marcaron un total de 111 tantos. También se logró un título muy recordado, el Campeonato de España de Aficionados. En los 80 remontó el vuelo y se metió en la creada recientemente Segunda División B, tras ser campeón de 3º en la 80-81 con el retorno de Julián Rubio para vivir sus últimos años como futbolista y sus primeros como entrenador, logrando el ascenso a Segunda División, categoría en la que se jugó en la campaña 85-86.

Tras el retorno a Segunda B al final de los 80 se produjo el verdadero punto de inflexión en la historia del club. En el verano de 1989, después de que Julián Rubio hubiera acudido al rescate para salvar al equipo del descenso a Tercera, llegó al Albacete Balompié un entrenador diferente, un teórico del fútbol que vino a revolucionar este deporte porque marcó un hito en la historia al conseguir meter al Albacete en tres temporadas en Primera División con dos ascensos consecutivos.  Había nacido el Queso Mecánico, que encandiló al fútbol español con un fútbol alegre, ofensivo, de toque, vistoso. Con la base de jugadores de Segunda División B, el Albacete de Floro, reforzado con jugadores del carisma del guardameta costarricense Luis Gabelo Conejo o el uruguayo José Luis Zalazar, realizó en la campaña 91-92 la mejor temporada de su historia, quedando en séptima posición de Primera División y estando a un paso de alcanzar la clasificación para la Copa de la UEFA, lo que habría sido una locura para una ciudad acostumbrada al fútbol de Segunda B y Tercera que ahora podía disfrutar del Real Madrid, Barcelona, Valencia, Atlético de Madrid, Athletic de Bilbao, etc.

También significó un cambio a nivel institucional, ya que el club dejó de ser una simple sociedad deportiva para convertirse en una Sociedad Anónima Deportiva.

Durante 21 temporadas logró el Albacete mantenerse en la Liga de Fútbol Profesional, con un nuevo ascenso a Primera en la campaña 02-03 de la mano del técnico César Ferrando. De todas formas, las mieles deportivas no iban acompañadas de una buena gestión económica y los problemas fueron hundiendo al club hasta que en la campaña 10-11, precisamente cuando se había solicitado un concurso de acreedores para intentar reconducir la situación financiera.

El descenso fue un duro golpe y la desaparición de la entidad estuvo presente durante tres años durísimos. Pero con Luis César en el banquillo y la consolidación de un proyecto económico unipersonal que ponía fin al modelo de club en el que la propiedad era de todos, pero de ninguno, el Albacete logró en la campaña 13-14 regresar a la LFP con su ascenso a Segunda División. Con José Miguel Garrido como presidente y dueño del club, y Luis César en el banquillo, el club manchego cumple sus 75 años de vida en Segunda División y con buenas perspectivas de futuro.