El caso de Nacho Tobarra Gallego, un adolescente de 17 años que a pocos días de cumplir los 15 años fue diagnosticado de un cáncer, en concreto, de un linfoma de Hodgkin, y la experiencia vivida a nivel hospitalario durante el tratamiento de su tumor, justifica sobradamente la vieja reivindicación de la Asociación de Familias de Niños con Cáncer de Castilla-La Mancha (Afanion), que este año centra la celebración del Día Mundial de esta dolencia para que el abordaje del cáncer en los adolescentes sea llevado a cabo por las unidades de Oncología Pediátrica y no por las de adultos como ocurre hasta ahora.Precisamente, el hecho de haber tenido un cáncer y haber superado esta enfermedad despertó en Nacho la vocación por la Medicina, una carrera que le gustaría cursar si obtiene la nota necesaria para ello, porque «me gusta la ciencia y la investigación, pero también el trato con el paciente, ayudar a la gente de esas dos formas es muy importante».