No ha sido la provincia pródiga en rodajes cinematográficos. Más bien, lo contrario. Apenas unos cuantos directores se fijaron en las duras tierras albacetenses para hacer correr el celuloide. Al margen de la archipopular Amanece que no es poco -proyectada por primera vez en 1989- del albacetense José Luis Cuerda, pocos o muy pocos recordarán que en la provincia se rodaron otras cintas, digamos, de relumbrón. A saber, El pequeño coronel -estrenada en 1960-, de Antonio del Amo, con  Joselito de protagonista, y La venganza, producida en 1958 -aunque se rodó en 1957 y se pasó en las salas españolas desde 1959-, de Juan Antonio Bardem.

¿Y porqué Bardem optó por La Mancha para el rodaje de esta cinta? Sencillo: la película era un drama rural que requería de paisajes áridos, llanos, radicales, y los responsables de la producción los encontraron en estas tierras cervantinas. Obvio.