Maikel Melero se siente feliz tras haber sumado su quinto título del mundo consecutivo en la especialidad freestyle de motocross.
El piloto de Cotillas, recién llegado de Shenzhen (China), donde consumó su éxito con una victoria difícil y merecida, asegura sentirse tan contento como la primera vez en la que obtuvo este título.
«Tengo las mismas sensaciones que cuando gané mi primer Mundial, cada año son nuevos retos y nuevas emociones», manifestó ayer a este diario. «La clave está en ponerte tus propias metas y luchar por ellas», añadió.

La competencia en este 2018 ha sido probablemente más intensa que nunca, no en vano la amenaza de un joven piloto alemán le ha hecho sacar lo mejor de sí mismo. En China hubo de emplearse a fondo para llevarse el gato al agua. «Este año ha sido uno de los más duros para poder conseguirlo porque mi rival, Luc Ackermann, arriesgaba más que yo y, cuando le salía bien, ganaba. Tiene 20 años y seguro que me va a seguir poniendo las cosas difíciles, pero seguiré con mi táctica en los entrenamientos y en la competición para seguir luchando», explicó.

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