La hepatitis C podría estar bajo control en España en 15 años

AGENCIAS
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Los expertos avanzan que si Sanidad garantiza un tratamiento anual a 10.000 pacientes con medicamentos de última generación, la enfermedad estará dominada en el horizonte de 2030

La hepatitis C podría estar bajo control en España en 15 años

La hepatitis C puede estar controlada y «dejaría de ser un problema para la Sanidad española» en 2030 si el plan nacional contra la enfermedad que está elaborando el Ministerio de Sanidad garantiza que al menos entre 10.000 y 12.000 pacientes son tratados cada año con los medicamentos de última generación que están apareciendo.

Así lo aseveró ayer el miembro de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), Ramón Planas, y su colega de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Juan Berenguer, durante la presentación del último de estos nuevos fármacos que se ha autorizado en España, el daclatasvir, comercializado como Daklinza por Bristol-Myers Squibb, y el primero que inhibe el complejo NS5A del virus.

Este medicamento, cuya aprobación ya fue anunciada por el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, el pasado diciembre en el Senado, se suma a los ya aprobados a lo largo del pasado año, el simeprevir (Olysio, de Janssen) y el sofosbuvir (Sovaldi, de Gilead). Todos ellos, pueden conseguir tasas de curación superiores al 90 por ciento. Además, el tratamiento se reduce de 48 a 24 e incluso a 12 semanas.

«Lo que ha pasado con este virus es lo más espectacular que ha pasado en Medicina en los últimos años. El progreso se puede retrasar, pero no detener», defendió este hepatólogo, que pidió que la estrategia nacional en la que trabaja el grupo de expertos elegidos por el Ministerio permita tratar a todos los pacientes, empezando «por los que no pueden esperar» y están en una situación más grave.

Estos enfermos, según detalló Planas, representan el 40 por ciento de los cerca de 85.000 pacientes que habría en España susceptibles de tratamiento.

El experto reconoció que la estrategia del Ministerio «llega tarde» y defiende que progresivamente también se debería ir extendiendo el uso de estas nuevas terapias a todos, incluidos los menos graves, ya que acaba siendo más beneficioso a largo plazo.

De hecho, calcula que en 2030 la enfermedad podría estar controlada y la mortalidad se reducirá hasta en un 60 por ciento, mientras que «si solo se trata a una minoría, la reducción de la mortalidad será solo de un 20 por ciento».

No obstante, Planas reconoció que «la supervivencia no se consigue de hoy para mañana» y las muertes que se siguen registrando en España -12 diarias- no están asociadas a la falta de acceso a estas terapias. «No se mueren porque no se les dé la medicación, sino porque en su día no se les dio el tratamiento adecuado y la enfermedad ha progresado hasta unos límites que va ocasionando fallecimientos. Este es el gran drama de la enfermedad», defendió este hepatólogo.