El Athletic de Bilbao no falló a su cita con la historia y volvió a la Liga de Campeones 16 años después, tras imponerse (3-1) ayer al Nápoles en el duelo de vuelta del ‘play-off’ celebrado en un nuevo San Mamés que estrenó su versión completada, un choque en el cual los locales perdonaron en la primera mitad y estuvieron cerca de pagarlo, pero terminaron celebrando un billete a la gloria.

El arranque de ambos equipos tuvo poco rigor. Aún así, los vascos se hicieron dueños del centro del campo, no con alardes pero llegando con varios efectivos a la portería rival. Hasta tres buenas ocasiones tuvieron los ‘leones’, pero el gol no llegó. Hamsik aprovechó un mal despeje de Balenziaga para silenciar San Mamés. La espera había sido larga y esta nueva generación del Athletic no estaba dispuesta a seguir esperando. Los de Valverde se fueron arriba y aprovecharon los descuidos de la defensa rival para ganarse con todo merecimiento un billete para el sorteo.

Sin duda, el Nápoles no fue el de la ida. Allí, a los seis minutos había perdonado tres goles. Sin embargo, en casa ajena reculó y cedió el protagonismo a su rival.  Pero los ‘leones’ perdonaron y Hamsik anotó el tanto para los italianos. El Athletic se dispuso entonces a apelar a la garra y el primero de Aduriz llegó en una jugada ensayada.

En un saque de esquina, el delantero apareció solo en el segundo palo para controlar, bajar el balón y batir a Rafael. Fue el comienzo de la explosión local, ya que, ocho minutos después, Aduriz aprovechó otro descuido visitante para desatar la euforia. La asistencia fue de Unai López, otro producto de Lezama que vio la luz precisamente este simbólico día. La tostada de los de Benítez aún dejó el tercero local, obra de Ibai.

Con épica y remontada, el Athletic estrenó su nuevo campo ya completo con una victoria que les devuelve a la ‘Champions’ por segunda vez en su historia.