Ruiz Molina se mostró sorprendido porque la Universidad aprobó el presupuesto del año en diciembre, cuando ya tendría una idea del desfase de ingresos y gastos que arrastraba. Señala que esa desviación se debe sobre todo a que se presupuestaron 25 millones de ingresos de fondos Feder (que vienen de Bruselas), cuando el consejero de Hacienda cree que como mucho podrían haber recaudado dos millones, aunque al final ni siquiera llegó a uno. Además el consejero de Hacienda denunció que desde julio la Universidad no le ha pasado mensualmente el informe de previsíon de cierre, a pesar de que es una información que está obligada a remitir al Gobierno. Ruiz Molina contó que con ese dato que tenían de verano ya había un déficit acumulado de 5,6 millones y que aun así, sabiendo la Universidad que incurría en déficit, tomó decisiones de aumento de gasto como la contratación de profesorado, tal y como señaló el consejero en relación a 2017.