La Fiscalía recoge al mes más de dos agresiones de menores a sus padres

JOSECHU GUILLAMÓN
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Durante el año 2015 se registraron más de una treintena de denuncias de ciudadanos que eran víctimas de sus hijos

Los casos de adolescentes que agreden a sus padres crecieron un 12,9% durante el pasado año. En concreto, la Fiscalía de Menores registró 31 casos, frente a los 27 que tuvieron lugar en el año 2014. Esto supone que durante el pasado año se registraron 2,6 denuncias de padres a hijos al mes.

Para la fiscal Carmen Mansilla Lozano, es un asunto a tener en cuenta, porque el número de casos está creciendo progresivamente desde hace años. «Es uno de los temas que más nos preocupa en la Fiscalía de Menores, porque ha ido en aumento desde 2008. Cada año crece un poco más».

La razón de este crecimiento no es fácil de establecer, pero Mansilla lo achaca a la situación actual de la sociedad. «El aumento de estos casos se debe a tal y como está la sociedad, a las libertades que se dan a los hijos, al descuido de los padres si están trabajando... todo es debido a la sociedad».

Además desde la Fiscalía se alerta de que lo más probable es que haya más casos sin denunciar, porque los padres son reticentes a presentar denuncias contra sus hijos. «Algunos padres tardan en denunciar tres o cuatro años, otros uno, pero es raro el caso en el que el padre viene a denunciar tras el primer episodio».

Y es que normalmente «el maltrato se lleva dando desde hace un año o desde hace varios, cuando el crío era todavía menor de 14 años. Durante ese tiempo anterior a los 14, el hijo ha estado teniendo esa conducta y el padre viene cuando el niño ya tiene los 14 años», porque además antes de esa fecha los menores son ininputables.

Esta tardanza a la hora de denunciar, se debe, en muchos casos, a que a los padres les preocupa que es lo que va a suceder con sus hijos, sin embargo, logran vencer esos temores porque les inquieta aún más que la cosa pueda ir a peor y que las agresiones sean de mayor envergadura.

Denuncia necesaria. Aunque la fiscal entiende que para un padre resulta muy difícil denunciar a un hijo, recomienda que se haga lo antes posible, para que las situaciones de violencia no vayan a más. «Yo entiendo que cuando empiezan a pasar episodios de este tipo, es conveniente denunciar, hay que tomar medidas. Para los padres es difícil, pero no se dan cuenta de que también lo están haciendo por ellos, porque una vez que están en el centro muchos vuelven a reconducirse y por lo menos dejan de cometer ese hecho delictivo y se dan cuenta de lo que están haciendo».

En cuanto al perfil del maltratador no es fácil de establecer. Por un lado, existen casos en los que ese comportamiento agresivo se deja ver en los chicos desde pequeños, pero los padres no actúan, por lo que termina siendo un problema. «Hay menores que desde pequeños dan muestras de agresividad, de mal comportamiento, de desobediencia y los padres no les ponen límites y se convierten en el pequeño emperador, en tiranos. Llegan a los 15 años, en los que ya tienen una fuerza física importante y los padres ya no pueden reprimirlos».

Pero también hay casos en los que los menores tienen una buena conducta de pequeños y empeora en una época muy concreta, como es la llegada al instituto. «Hay otros casos de críos de familias normalizadas, que en el cambio del colegio al instituto se juntan con otro tipo de gente y empiezan a consumir sustancias tóxicas y a faltar a clase y a ser violentos, desobedientes, a insultar y a tener contacto físico con los padres».

Para evitar este tipo de conductas, cuando se produce la denuncia se toman medidas, siendo la más habitual el internamiento en un centro de menores, con un régimen semiabierto, en el que se les pueden conceder permisos de fin de semana o salidas programadas. Si se observa que se trata de una familia desestructurada, en la que el menor no es el principal responsable de la situación, se decide que haya una convivencia con un grupo educativo. En cuanto a los jóvenes que tienen algún tipo de trastorno, se les busca un tratamiento adecuado.