La Guardia Civil desarticula una red criminal a la que atribuye 84 robos

E.F.
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La investigación de una cadena de delitos cometidos en la capital provincial, Almansa, Hellín y Chinchilla llevó a la detención de 14 personas por efectivos de la Comandancia albacetense

Un equipo de la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete, apoyado por efectivos del cuartel de Novelda, ha desarticulado una red  de presuntos ladrones, especializados en robos con fuerza en gasolineras y locales comerciales en el marco de la operación Kugan.

A resultas de dicha operación, se ha detenido a 14 personas -12 rumanos y dos españoles- y se han esclarecido 84 robos cometidos en Albacete, Alicante, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Murcia y Sevilla. De ellos, cinco fueron en nuestra provincia, en concreto en la capital provincial, en Almansa, Chinchilla y en Hellín; en este último caso, fueron dos los robos, en la propia localidad hellinera y en la pedanía de Isso.

Según explicaron en rueda de prensa el subdelegado del Gobierno en Albacete, Federico Pozuelo, y el teniente coronel jefe de la Comandancia albaceteña, Jesús Manuel Rodrigo, las investigaciones comenzaron el mes de agosto, al observar ciertas coincidencias en varios robos cometidos en nuestra provincia.

A resultas de estas indagaciones, se practicaron dos registros el pasado mes de febrero,  en las localidades alicantinas de Elda, Novelda y Petrer, que desembocaron en las ya citadas detenciones, practicadas, según describió Pozuelo, en las provincias de Alicante, Huelva y Zaragoza. Además de las detenciones, se intervinieron cerca de 1.500 cajetillas de tabaco, dinero en metálico, herramientas, y material informático.

Pozuelo describió el modus operandi de los presuntos ladrones como el de «una banda móvil de ladrones» que seguía un patrón fijo: «primero, se infiltraban en la zona donde querían cometer sus robos, haciéndose pasar por temporeros; reconocían sus objetivos, cometían el robo, habitualmente con fuerza y se desplazaban a otra provincia, para repetir de nuevo el mismo patrón».

Aunque los efectos robados eran de naturaleza muy variada, solían llevarse, enteras, máquinas recreativas y de tabaco, para poder desvalijarlas con tranquilidad. Poco antes de su detención, habían empezado, además, a robar coches. Se estima que, para obtener un botín de 330.000 euros, llegaron a provocar daños por casi el doble de lo sustraído, en torno a los 600.000 euros.