La UE progresa hacia un acuerdo

SPC
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Los líderes de 16 países convocados por Juncker escenifican su voluntad de cambios para abordar la crisis migratoria, aunque Italia asegura que el sistema Schengen «está en juego»

Pocas cosas había claras antes de la cumbre convocada para ayer por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, con una quincena de países miembro para abordar la crisis migratoria que actualmente vive el Viejo Continente: la solución debe ser «europea». Esta idea la tenían los mandatarios antes de la reunión y con la misma salieron de la cita de Bruselas, si bien ésta no sirvió para una conclusión concreta, que deberá ser abordada en el Consejo Europeo del próximo jueves.

A pesar de todo, los presentes destacaron los «progresos» alcanzados en este encuentro informal, al que acudieron los jefes de Gobierno de 16 Estados.

La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que hay coincidencia en que «no se puede dejar solos» a los socios más afectados por la llegada de la inmigración irregular y agregó que los sin papeles «no pueden elegir» en qué país piden asilo.

Tanto ella como el presidente francés, Emmanuel Macron, abogaron por una «solución europea» para hacer frente al actual reto, aunque la propia dirigente germana fue consciente de que «no alcanzaremos una solución completa» en la cita de los días 28 y 29.

En este sentido, su colega galo aseveró que la respuesta «se construirá únicamente sobre la cooperación entre los Estados miembro».

Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que se estrenaba en un encuentro de estas características, se mostró esperanzado en que la UEllegue a un acuerdo común para hacer frente al problema de la inmigración y subrayó que la cumbre informal de ayer es «un paso adelante» en esa dirección.

«Hemos encontrado más puntos de unión que de discrepancia», resaltó el socialista español, que precisó que no se había sacado una conclusión, pero reiteró su confianza en que sea posible una solución.

El primer ministro maltés, Joseph Muscat, afirmó que el encuentro había sido «una señal de que hay una voluntad de ir hacia más cambios operacionales» en la política migratoria europea y que se había desarrollado «mejor de lo esperado». «Espero que haya cumplido el objetivo de entendernos mejor los unos a los otros la semana que viene», aseveró Muscat a la prensa, donde además recordó que «hay personas en el mar ahora mismo» y que «la situación escalará si no se toman decisiones en los próximos días.

En la misma línea se pronunció el primer ministro belga, Charles Michel, quien dijo que si los países continúan trabajando en los próximos días en «medidas realmente operacionales» será posible conseguir «progresos» en el Consejo Europeo del próximo jueves.

Michel instó en concreto a trabajar sobre la protección de las fronteras exteriores de la UE para conseguir una «solidaridad» europea «efectiva» en materia migratoria y a buscar acuerdos con países fuera de la UE. 

El punto discordante lo protagonizó Italia, cuyo primer ministro, Giuseppe Conte, propuso a sus socios que se establezcan «cuotas de entrada para migrantes económicos» en todos los países de la UE, bajo la amenaza de un recorte en fondos europeos a aquellos que se nieguen a cumplirlas. 

El Gobierno euroescéptico de Roma pretende un «cambio radical» en la política migratoria y, por eso, planteó que «quien llega a Italia, llega a Europa» por lo que la Bruselas debería tener una «responsabilidad compartida» respecto a aquellos migrantes rescatados en el Mediterráneo, a la vez que asegura que «el sistema Schengen está en juego».