Un quirófano matrícula de Albacete

Maite Martínez Blanco
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La expedición de Stop Ceguera, que este año viajó a Guinea con una unidad móvil propia, devolvió la visión a 156 personas en seis días de campaña

Imagen de una de las operaciones realizadas en la unidad móvil. - Foto: Stop Ceguera

Los salesianos asentados en Siguiri, una comunidad guineana localizada a escasos 80 kilómetros de la frontera con Mali y a los pies del Níger, serán sus guardianes. Ese viejo camión de mudanzas, matrícula de Albacete, transformado en quirófano móvil ha cumplido su misión. Servir para devolver la visión a personas ciegas en África y allí se ha quedado a la espera de volver a ser utilizado.

Seis días hace que regresó el equipo de voluntarios de Stop Ceguera, tras completar con éxito su misión en Guinea Conakry. Era la primera ocasión que operaban en este país y también la primera vez que iban con su propio quirófano, a cuestas. La aventura no ha sido sencilla, pero el resultado sí ha sido satisfactorio.

Los oftalmólogos pudieron operar a tres camillas, entre la unidad móvil y las dos camas que instalaron en un dispensario de la misión de Saint Alexis, donde los salesianos gestionan un colegio que da educación a 1.200 niños. «Estamos muy contentos, hemos visto a casi 1.000 personas y aún podríamos haber operado a más el último día si algunos de los ciegos que habían sido seleccionados hubieran acudido , pero no fue posible localizarlos», explico Chelo Lledó,  enfermera voluntaria en Stop Ceguera.

Operaron durante una semana, revisaron a 800 pacientes y devolvieron la vista a 156 personas ciegas de los dos ojos por unas cataratas hipermaduras, de esas que aquí en España hace tiempo que pasaron a la historia. ¡Desigualdades de este planeta!

La expedición a Guinea de Stop Ceguera ha estado formada por 16 voluntarios de Albacete, Barcelona y Logroño. Cuatro oftalmólogos, cuatro enfermeros y un óptico optometrista formaban el equipo médico. El resto eran logistas, voluntarios que juegan un papel vital, ellos hacen posible que el material quirúrgico llegue a donde debe y cuando debe. Un mes antes de operar, dos personas de Stop Ceguera se desplazaron a Guinea para preparar el terreno y seleccionar a las personas candidatas a ser operadas,

«Todo ha sido altamente satisfactorio, excepto el choque habitual con la corrupción. 9.000 euros ha costado sacar la Unidad Móvil y el material de la aduana. En metálico y viendo como se llevaban los billetes en bolsas de basura. Duro, pero es la otra cara de la cooperación», exponía con claridad José Ramón Villada a su regreso. No es la primera vez que este oftalmólogo, fundador de Stop Ceguera, ha denunciado el peaje a pagar para poder ayudar en los países más pobres.

«Duele la falta de solidaridad de la gente local con sus propios compatriotas», se lamenta Villada, que no termina de acostumbrarse a las perversiones de este sistema que inevitablemente les hace pasar por caja, «todo el que hace cooperación se tropieza con esto, pero nosotros lo llevamos muy mal, ¡con lo que cuesta conseguir el dinero!».

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