No era un típico caso de desahucio pero acabó con el mismo triste final que muchos otros: con Meylen y sus tres hijos -dos de ellos menores- fuera del domicilio familiar donde habían vivido en los últimos años.

Alrededor de medio centenar de personas, convocadas por la plataforma Stop Desahucios Albacete, intentaron frenar la acción pero la autoridad judicial no aceptó el recurso y tras media hora escasa de resistencia, la madre se veía obligada a dejar el domicilio, desde donde fue trasladada en una ambulancia al Hospital Perpetuo Socorro, presa de una crisis de ansiedad. Sus dos hijos menores se fueron con una tía paterna -aunque según Javier Marcellán, portavoz de Stop Desahucios, «la madre ha pedido que se los lleven los servicios sociales, ya que en estos años no se han ocupado de ellos».

El hijo mayor, de 19 años, sacaba poco después sus pertenencias del domicilio familiar, entre lágrimas, para trasladarse a la casa del propio Marcellán.

La historia de Meylen, como explicaban desde la plataforma, «no es un caso típico». No es que ella haya dejado de pagar la hipoteca y el banco pidiera que se ejecutara el desahucio. Ella y sus hijos residían en el domicilio familiar, del que se había ido su exmarido cuando se separaron y sobre el que tenía Meylen «el uso y disfrute» hasta que el menor de los hijos cumpliera la mayoría de edad. Algo que todavía queda lejos, puesto que tiene ahora cinco años.

Pero el exmarido -siempre según los datos aportados por Marcellán-, propietario de otras viviendas en la ciudad, y sobre el que pesaba una denuncia por malos tratos y por no pasarle la pensión, «la ha denunciado como ocupa para que tenga que dejar la casa».

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