Un mercado lleno de trampas

Carlos Cuesta (SPC)
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Casi la mitad de los españoles reconoce que ha sido víctima de alguna estafa en la red en el último año a través de mensajes maliciosos en sus dispositivos móviles

Un mercado lleno de trampas

¿Quién no ha recibido un mensaje en su teléfono móvil o en su correo electrónico en el que le informan que debe pagar las tasas para recibir un paquete que no ha pedido o, por ejemplo, de movimientos bancarios en una entidad bancaria donde no tiene cuenta, o anuncios falsos en sus redes sociales en los que se utiliza la identidad suplantada de un famoso para ser más persuasivo? Todo este fenómenos de ciberataques crecientes se explica muy fácilmente, ya que la sociedad es cada vez más digital y pasa más tiempo frente al ordenador, al teléfono móvil o la tablet. 

Los casos de fraude en internet son cada día más frecuentes y los riesgos de caer en las trampas de los hackers se incrementan exponencialmente ante una falta de formación y educación frente a unas prácticas delictivas que, incluso, van por delante de las tecnologías que emplean las fuerzas del orden.

Los expertos cibernéticos defienden que estos abusos van muy ligados al uso de las nuevas tecnologías que se utilizan en las actividades más cotidianas y que, sin buscarlo expresamente, ponen en el mismo espacio virtual tanto a los posibles infractores como a las propias víctimas desinformadas.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revela en un estudio reciente titulado Inseguridad en la red los crecientes peligros a los que está expuesta la sociedad en general por el mero hecho de estar conectada a las nuevas aplicaciones en la red. El informe precisa que casi la mitad de los españoles, concretamente un 47,4%, ha sido víctima de alguna forma de estafa o intento de fraude digital en el último año. Se trata de un dato alarmante que va al alza y ante el que existe una gran impotencia para defenderse de unos delitos que son difíciles de detectar y, sobre todo, casi imposible de hacer frente puesto que suelen proceder de países opacos como China, Rusia o Nigeria con los que no hay acuerdos para condenar a sus culpables.

La naturaleza de este tipo de delitos de internet incluye, en su mayoría, el recibimiento de correos electrónicos o mensajes de móvil maliciosos solicitando información personal o datos financieros que afectan a una media del 84,2% de los usuarios. Se trata de una estrategia que no solo refleja la prevalencia de técnicas como el phishing, sino también la sofisticación y la insistencia de los ciberdelincuentes en sus métodos para engañar a los internautas, tanto privados como de empresas.

El análisis del CIS destaca la vulnerabilidad a la que se enfrentan principalmente los jóvenes de entre 25 y 34 años. En este sentido, un 61,3% de ellos confirma que ha sido objetivo de estos fraudes en internet en sus dispositivos móviles. 

Prevención

Los expertos subrayan que, con cifras como estas, habría que poner más medios y más énfasis en sistemas educativos y de prevención hacia este grupo demográfico que, por lo que demuestran las estadísticas, son uno de los colectivos vulnerables más afectados.

Desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad alertan que hay que estar muy atentos ante unos hackers que usan técnicas muy imaginativas que no tienen ningún tipo de escrúpulo a la hora de intentar engañar bien a un convento de monjas, a un colectivo de jubilados, a una persona desahuciada o a un ingeniero experto en informática. De ahí, su insistencia en alertar a la población de que no se engañe pensando que a ellos no les va a pasar cuando a lo mejor ya lo están sufriendo en sus propios equipos con los que navegan para ver su cuenta bancaria, el correo electrónico o cualquier tipo de práctica digital. 

Uno de los datos que confirma el Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid es que las estafas económicas por internet en España se han disparado en los últimos años. La cifra de fraudes con tarjetas de crédito y de débito denunciadas cada año supera las 40.000, lo que representa unas pérdidas económicas de aproximadamente 1.600 millones de euros.

De hecho, el número de víctimas que acude a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ha crecido en los últimos años, aunque no lo ha hecho en la misma proporción que la cifra real de ciberdelitos cometidos. Solo cinco de cada 100 internautas españoles denunciaron haber sido víctimas de suplantación de identidad en la red el pasado año, frente a ataques mucho más importantes que si no se conocen es o bien por falta de estadísticas y por que muchos de los timos realizados son de pequeñas cantidades cuya reclamación por vía judicial significa gastar más de lo que se puede llegar a rescatar.