La crítica -
Por Juana Samanes
La constatación más clara de que el Partido Demócrata tiene en mente presentar como candidata a las elecciones presidenciales de 2024 a Michelle Obama la encontrarán en este documental elogioso, realizado con la excusa de la presentación de su libro autobiográfico por 32 ciudades de Estados Unidos
Que la esposa del presidente Barak Obama es tremendamente popular entre jóvenes y población afroamericana se palpa, claramente, en esas presentaciones multitudinarias donde demuestra su ingenio. En esos encuentros no repara en conquistar a su público hablando de su condición de afroamericana, de sus humildes orígenes, del esfuerzo por salir de un barrio marginal y llegar a estudiar en una universidad prestigiosa y, por supuesto, de su encuentro con el que luego se convertiría en su marido, y con el que confiesa tuvo que acudir a terapia de familia para superar alguna crisis.
Aunque insiste en varias ocasiones en las dificultades que conlleva el convertirse en una persona famosa: “Tu vida deja de ser tuya” y “Nadie se imagina lo duro que es estar en boca de todo el mundo”, se ha pertrechado para resistir cualquier combate. Así, en la actualidad cuenta con un nutrido equipo de asesores personales, incluso de imagen, para salir impecable.
El documental, cuenta con testimonios de sus seres más cercanos como su madre, su único hermano y sus hijas, convertidas ya en jóvenes, además de su marido, mezcladas con instantáneas inéditas de su vida, donde asistimos a su cambio de look, ahora cuidadísimo puesto que hablamos de una mujer que actualmente posee una gran fortuna personal .
Sin duda de interés para todos aquellos que “se encandilaron” con el primer presidente afroamericano de Estados Unidos y su familia, hay un aspecto de este trabajo que resulta especialmente cansino cuando se contempla y es la ausencia de crítica, ya que todos los comentarios que aparecen definen a Michelle como perfecta, en su inteligencia, su labor social, su trato con los demás etc… Ella misma transmite que posee una concepción de si misma más que elevada.
Sin desmerecerle méritos por su trayectoria profesional, a cada paso se palpa en Michelle su egocentrismo y su falta de humildad, de ahí que habría que recordarle una reflexión de su compatriota, el periodista William Safire: "Nadie es más grande que aquellos dispuestos a ser corregidos"