Sinopsis oficial
Max, arruinado y algo deprimido, regresa a su casa de verano para venderla. Sus viejos amigos, que han pasado en ella grandes momentos juntos, aparecerán por sorpresa en su cumpleaños. Después de mucho tiempo separados, comprobarán la fuerza de su amistad.
La crítica -
Por Juana Samanes
Hace casi diez años el director y también actor francés Guillaume Canet lograba un considerable éxito con su comedia agridulce Pequeñas mentiras sin importancia, en la que recurriendo a un extraordinario reparto coral, con lo “mejorcito” del cine francés empezando por su mujer Marion Cotillard, narraba una historia de reencuentro de amigos, siguiendo la moda que marcó la genial Los amigos de Peter y que ya casi podría ser considerado un subgénero. Ahora llega una secuela cuyos acontecimientos se desarrollan tres años después de la primera entrega.
Encontramos a los antiguos amigos de antaño con algunos cambios en su vida. Max, el adinerado, se ha arruinado, aunque ni tan siquiera su ex esposa lo sabe, por lo que regresa a su casa de verano para venderla. Pero los acontecimientos se precipitan cuando los amigos, que en estos años le dejaron de lado, deciden darle una sorpresa para celebrar su 60 cumpleaños.
Como en la primera entrega cada uno de los miembros de ese grupo posee una personalidad muy arquetípica pero les encontramos en una situación emocional diferente, e irrumpen otros personajes nuevos. Así la antipática “nurse” que tiene la bebé de Gilles Lelouche/Eric tiene un papel secundario reseñable, el famoso actor de origen español José García interpreta a un enemigo de Max y también se le hace hueco al actual amante de Vicent, Alex, un coreógrafo homosexual bastante celoso y desconfiado de la ex esposa de Vincent. Algo que nos recuerda la línea argumental laxa y frívola de la primera película, que continua en ésta, a la hora de afrontar como normal encuentros sexuales de carne o pescado, siempre justificados con la búsqueda de la felicidad.
Asombra el retrato inmaduro que se realiza de todos ellos, hombres y mujeres de mediana edad, que actúan como adolescentes movidos por sus instintos más básicos.
Lo mejor las excelentes actuaciones de su extraordinario elenco.