Sinopsis oficial
Tish es una joven de Harlem que se ve obligada a luchar contra reloj para probar la inocencia de su novio Fonny del que lleva un hijo en su interior. Basada en la novela de James Baldwin, EL BLUES DE BEALE STREET es una celebración del amor incondicional a través de la historia de una joven pareja, sus familias y sus vidas, tratando de llevar a cabo justicia sin más armas que el amor y la promesa del sueño americano.
La crítica -
Por J.M.S.
Resulta conmovedor la forma como está narrado el romance entre dos auténticos perdedores de la gran ciudad, dos seres muy inocentes al pensar que pueden alcanzar el “sueño americano” de cambiar de estatus económico y social por el talento artístico de él y el amor que se profesan. Nadie puede negar que el relato cinematográfico es muy poético tal como está relatado en imágenes, muy bien fotografiado por James Laxton (también responsable en esa parcela de Moonlight). A esto se añade que la pareja protagonista, formada por Kiki Layne y Stephan James, tienen mucho atractivo y la injusticia que se comete con él provoca una gran empatía.
Sin embargo, los fallos son evidentes: si cualquier persona con “la cabeza bien amueblada” acepta de buen grado que la película es un manifiesto pro igual de derechos entre todos los ciudadanos, sea cual sea el color de su piel, lo que no es de recibo es que dé un paso más convirtiendo “al hombre blanco” en una especie de animal depredador capaz de cualquier fechoría, todo ello mostrado en la pantalla de una forma tan pueril que provoca sonrojo. En este capítulo no resulta raro que el malvado de este relato, el oficial de policía Bell, interpretado por un gesticulante Ed Skrein, se asemeje más a un villano sacado de un comic que a un personaje real, lo que rebaja el nivel de autenticidad de la película.
La película está dirigida por Barry Jenkins, ganador del Oscar a mejor película en el 2017 por la sobrevalorada Moonlight. La lucha contra la discriminación se ha convertido en el motor fundamental de la carrera del director afroamericano, de ahí que no sea nada extraño que para su tercer largometraje haya adaptado una novela de James Baldwin, un escritor considerado uno de los mayores activistas de los derechos civiles de los Estados Unidos