Pinar y Serrano brindan una tarde de emoción y puerta grande

Pedro J. García
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Los diestros locales, que pasearon dos orejas por coleta, reeditaron el mano a mano del año pasado con un incontestable triunfo en el que dieron la cara con el toro bueno y con el malo de Victorino Martín

Sentido brindis de Serrano a Pinar. - Foto: Arturo Pérez

La última de abono, como si no hubiese pasado el tiempo, repetía el mismo cartel que el año pasado, con un mano a mano entre los albacetenses Rubén Pinar y Sergio Serrano, con toros de Victorino Martín. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero ayer fue la excepción que confirma la regla, con una tarde de emoción desde el momento en el que el publicó tributó una gran ovación a los dos diestros de la tierra antes del comienzo del festejo hasta la salida en hombros triunfal de los dos. El protagonismo fue triple, el de los encastados toros de Victorino, de distinto juego, desde el bravo cuarto, premiado con la vuelta al ruedo, hasta otros con peligro, pero siempre transmitiendo emoción, al igual que los dos toreros, perdón torerazos, que se midieron a estos astados, Pinar y Serrano, Serrano y Pinar, tanto monta, monta tanto, que realizaron lucidas faenas con los toros más potables y estuvieron firmes y entregados con los más complicados. Además, la rivalidad sana de los dos toreros albacetenses, el de Tobarra, que brindó el tercero de la tarde a Serrano, y el de la capital, que hizo lo propio con Pinar en el sexto, ya con el triunfo asegurado para los dos, fundidos en un sentido abrazo. Y cuando hay toros y toreros dispuestos hay emoción y el público, que ayer llenó en tres cuartos el coso albacetense, disfruta y sale contento de la plaza.

El primero de Victorino Martín fue uno de los toros complicados de la tarde, que ya apuntó de salida, aplaudido por el respetable, quedándose corto en el capote de Pinar y echando la cara arriba. Se empleó en el primer puyazo, en el que empujó, y menos en el segundo. Ya en la muleta, inició Pinar su labor junto a tablas, por alto, y el toro ya se quedó corto. En la siguiente tanda, con la derecha, se quedó corto y buscando, algo que continuó durante toda la faena, más acusado todavía por el pitón izquierdo, pero un voluntarioso Pinar lo intentó, aunque poco pudo sacar el diestro. Lo despachó con una estocada desprendida trasera dos pinchazos.

Faena intensa. Mejor condición tuvo su segundo enemigo, que de salida ya repitió en el capote de Pinar y empujó en un buen puyazo, arriba, de Agustín Moreno. Brindó a su compañero Sergio Serrano una faena que comenzó por bajo, con gusto, para continuar con el toreo al natural, con series que fueron a más, aunque cuando bajó más la mano el toro dobló. Ajustado e intenso estuvo en las tandas por el pitón derecho, que remató con dos lucidos circulares iniciados por detrás. Faena intensa y con buenos pasajes de un Pinar que, tras un pinchazo, dejó una estocada que fue suficiente para acabar con el astado y cobrar la primera oreja  de la tarde.

El quinto fue otro de los toros por el que apostó el ganadero, pero en esta ocasión no estuvo certero, porque el toro, que repitió en el capote de Pinar y se dejó en el caballo, nunca se entregó en muleta de un diestro que consiguió que su faena fuese a más, con los derechazos más lucidos en la tercera tanda. Después se mantuvo muy firme el torero con su enemigo, peor aún por el izquierdo y cada vez con más peligro, buscando en cada muletazo, pero el tobarreño no se amilanó en busca de la oreja que le abría la puerta grande. Dejó una estocada que quedó contraria, pero fue suficiente, y sumó otro apéndice a su esportón.

A portagayola se fue Sergio Serrano a recibir a su primer enemigo, al que después recetó varios lances a la verónica y sometió por bajo con el capote. En el caballo empujó en el puyazo trasero que recibió y en banderillas dejó llegar, apretando más en el último par. Inició Serrrano por bajo su faena y el toro ya se quedó corto, algo que repitió en las series que le dio con la derecha, tomando la muleta con la cara arriba, sin clase ni entrega, de peor condición por el pitón izquierdo. Muy firme estuvo el diestro en su primera actuación, en la que estuvo fallón con la espada, pues precisó de cuatro pinchazos, uno hondo y un descabello para acabar con el toro.

Dicen que cada uno sabe lo que tiene en su casa y Victorino Martín, por la mañana, por uno de los toros por los que apostó era por Playero, herrado con el número 40, el de más peso de la corrida. Y no falló en su pronóstico, porque el toro, que empujó en el puyazo que recibió, sacó toda su bravura en la muleta de Serrano, que realizó una faena que fue a más, con templados y mandones muletazos por el pitón derecho, y con hondos naturales que hicieron que la faena todavía subiese más de tono. Y en los pasajes finales, con el terno caña y oro que tanto lució el maestro Dámaso González, se metió entre los pitones, realizando el famoso péndulo del maestro y un desplante en la cara del toro. La sobresaliente faena estaba hecha y faltaba rematarla con la espada. Serrano se volcó y salió prendido del encuentro, con la espada desprendida, pero suficiente para acabar con el de Victorino, que murió casi en los medios. Dos pañuelos blancos, y dos orejas para Serrano, y un pañuelo azul, para la vuelta al ruedo del toro.

Serrano salió de la enfermería para rematar su tarde con el sexto de Victorino y la raza del torero pudo con el dolor. Se fue a recibirlo a portagayola y, tras el lance, el toro se quedó debajo y le prendió, sin herirle, y más enrabietado se levantó Serrano para someter con su capote al astado, que después no se empleó en el caballo. Devolvió el brindis a Pinar y en su muleta el de Victorino Martín no tuvo entrega, siempre a media altura, de por condición por el pitón izquierdo. Puso todo el torero y estuvo muy firme con un astado sin clase ni entrega y que fue desarrollando peligro. Lo despachó con media estocada trasera y el albacetense dio una sentida vuelta al ruedo tras petición de oreja.

FICHA:

Ganadería. Seis toros de Victorino Martín, bien presentados, encastados, el mejor el bravo cuarto, premiado con la vuelta al ruedo, con entrega el cuarto, sin clase el segundo y con peligro primero quinto y sexto.

Rubén Pinar. Blanco y plata. Ovación, una oreja y una oreja.

Sergio Serrano. Caña y oro. Ovación, dos orejas y vuelta al ruedo tras petición.

Incidencias. La plaza registró tres cuartos de entrada en tarde calurosa. En la enfermería, Sergio Serrano fue atendido tras ser cogido por el cuarto al entrar a matar.