La ilusión de los más jóvenes fue la protagonista del lunes en la programación de la Semana Santa de Albacete. Tras los dos años de parón obligado por la pandemia, la procesión Dejad que los niños se acerquen a mí volvió a demostrar que las cofradías de la capital tienen un relevo generacional asegurado.

Las mascarillas en los rostros fueron la principal diferencia con respecto a ocasiones anteriores pero, como siempre ha ocurrido en las casi dos décadas de historia de esta iniciativa (quizá aún más, por el tiempo esperado), los nervios, la alegría y las ganas de ser protagonistas podían verse en los ojos de los niños y niñas de cuatro a 12 años que participaron en una procesión en la que portan réplicas de a menor tamaño de las imágenes de sus cofradías.

La participación no ha parado de crecer desde que en 2003 la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias saliese por primera vez con un paso infantil. Progresivamente fueron uniéndose otras hermandades y ayer fueron ya 11 las que tomaron parte en el habitual recorrido por el entorno de la Capilla de Nuestra Señora de las Angustias. 

Esta vez las novedades fueron la presencia de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, con la imagen que le da nombre, y de Nuestra Señora del Calvario, la nueva cofradía de la Semana Santa de Albacete con una réplica de María, camino del Calvario. Además, la Cofradía de Santa María Magdalena presentó un paso infantil renovado. 

trayecto. Además de las mencionadas, también salieron a la calle los cofrades más jóvenes de las cofradías de Nuestra Señora de la Reina de la Esperanza Macarena, Santísimo Cristo de la Esperanza y Traición de Judas; San Juan Evangelista; Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas; Nuestra Señora de la Soledad y Ecce Homo; Nuestro Padre Jesús Nazareno; Nuestra Señora de los Dolores; Santísimo Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de las Angustias.

En total, fueron 13 las imágenes de tamaño reducido que portaron jóvenes costaleros, acompañados también de bandas de cornetas y tambores, en un recorrido que no varió con respecto a ediciones anteriores, al no llegar a la zona de obras del centro de la ciudad. Su itinerario comenzó en la capilla y prosiguió por la calle del Ángel, Avenida de España, Muñoz Seca, Cristóbal Lozano, Doctor Beltrán Mateos y Plaza de Santa Teresa de Jesús Jornet hasta llegar al Asilo de San Antón, escenario de un emotivo encuentro intergeneracional entre los residentes y los nazarenos infantiles. Allí, tras finalizar el acto, se cerró la actividad con la interpretación de la Marcha real.

Otro momento emocionante tuvo lugar antes del inicio del trayecto, cuando los jóvenes de la cofradía de la Reina de la Esperanza Macarena quisieron rendir un homenaje a Nico, el menor  fallecido a comienzos de marzo en el colegio Mari Llanos Martínez. Para ello, ataron un crespón negro en el palio de su paso y un compañero leyó un breve texto, en el que también quiso recordar a los fallecidos en Albacete a causa de la pandemia y a los niños que sufren las consecuencias de la invasión de Ucrania.