El turismo rural prevé un agosto completo tras un gran julio

Ana Martínez
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La pandemia ha cambiado los hábitos de un turismo familiar que alquila una casa con gran capacidad y características que le permitan evitar comer o cenar en bares y restaurantes

Imagen de archivo de un alojamiento rural. - Foto: L. T.

Es muy curioso como una situación extrema puede cambiar, de la noche a la mañana, los hábitos culturales de las personas. El turismo rural siempre ha sido una alternativa vacacional en constante competencia con los lugares de costa y playa. Ha tenido que venir la pandemia del coronavirus para que muchos turistas más habituados a la arena y el mar hayan empezado a descubrir las excelencias que ofrecen los enclaves de interior y el medio natural.

Cumpliendo las expectativas que se habían generado durante el confinamiento en torno al turismo vacacional de verano, el rural se ha convertido en este año tan atípico en la opción preferida por muchas más familias españolas. Concretamente, la provincia albaceteña ha sido un destino descubierto no solo por muchas familias de la Cornisa Cantábrica y Cataluña sino, lo que es más sorprendente, por los propios albaceteños, que conforme se sucedieron las fases de la desescalada fueron incrementando sus llamadas y consultas a diferentes comarcas de esta provincia, famosas por su oferta y excelencia en el turismo rural.

«El mes de julio se ha dado muy, muy bien», con una ocupación en alojamientos rurales que ha rondado entre el 75 y el 90%, según datos facilitados a este diario por la gerente de la Asociación de Empresas de Turismo Rural de la Sierra del Segura, Dolores Alarcón. 

Pero las personas que han visitado la provincia de Albacete durante el mes de julio lo han hecho en condiciones diferentes a las que venían practicado años atrás: por un lado, buscaron preferentemente casas rurales de gran capacidad, apartadas de núcleos urbanos, para permitir la convivencia durante días de amigos y familiares sin necesidad de salir al exterior, es decir, han buscado, como también está ocurriendo en agosto, un cierto aislamiento.

Por otra parte, al menos en el mes de julio las reservas no han sido escapadas de fin de semana, sino reservas de dos a tres noches de lunes a viernes, lo que ha originado mucho trabajo a los propietarios debido a la limpieza que tienen que realizar para aplicar los protocolos Covid.

En conclusión, al menos en la Sierra del Segura, donde están registradas un centenar de empresas y autónomos vinculados al turismo rural y una de las zonas donde existe mayor oferta de casas rurales, hasta alcanzar las 153 con capacidad para más de 1.100 personas, el mes de julio se ha cerrado con estancias más cortas y un mayor número de reservas si se compara con el mismo periodo del año pasado.

Agosto, por lo que se barrunta, las estancias serán algo más largas, desaparecen las quincenas de antaño para convertirse en semanas completas y las reservas llegan a última hora, debido a que los clientes esperan conocer la última hora de la evolución de los brotes por coronavirus y temen un posible confinamiento. «Hay que tener en cuenta que nuestra mayor clientela procede de Murcia, Alicante y Valencia; si prohíben la movilidad interprovincial en algún momento, nos hacen polvo», significa Dolores Alarcón, que asegura que por primera vez los turistas albaceteños están también reservando en la Sierra del Segura, una circunstancia bastante insólita pues esta provincia siempre ha mirado mucho más al mar en cuando a vacaciones se refiere.

Sobre la ocupación en este mes y si no hubiera cancelaciones asociadas al Covid, se podría cerrar con establecimientos ocupados al 85% y más de la mitad de ellos al cien por cien durante todo el mes.

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