El covid-19 pincha la burbuja del balón

C. Guzmán
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La crisis sanitaria pone en evidencia el modelo del Albacete y del resto de clubes del fútbol profesional basado en la improvisación y el abandono de la cantera

Imagen de la presentación del Albacete 1995-1996, con un nutrido grupo de jugadores canteranos. - Foto: Efe.

Toca apretarse el cinturón también para el fútbol. La severa crisis económica como consecuencia de la tragedia sanitaria motivada por el Covid-19 conducirá inevitablemente a un ajuste a todos los niveles en contraste con la exagerada inflación a duras penas soportada por unos ingresos en materia audiovisual que probablemente pasarán a mejor vida. El impacto en la cuenta de resultados de los clubes será notable, y no podrán paliarse con los recursos futbolísticos propios de otras épocas. El abandono de las políticas de cantera, la dependencia absoluta de intermediarios y agentes para construir plantillas continuamente renovadas y lo efímero de los proyectos deportivos impiden contar con paliativos al golpe económico, y así seguirá siendo a corto plazo: antes de recoger hay que sembrar y esperar el crecimiento del fruto. Los números no engañan. En los últimos años, quizá muchos, apenas hay presencia de jugadores formados en la casa en el primer equipo, más bien ninguno, lo que contrasta con otras épocas en las que no solo la cantera procuró jugosos traspasos para la entidad, sino también futbolistas útiles para la primera plantilla, más allá de las presencias testimoniales posteriores en las que se operó con escasa convicción y nula voluntad. El acierto del Albacete Balompié a comienzos de los años 90 no solo vino dado por el mayor éxito de su historia, sino también por la construcción de una estructura formativa coherente con la labor del primer equipo y las ideas claras. Tras la aportación histórica de jugadores como Catali, Antonio, Parada, Coco, Sotero o Santi, salidos prácticamente de la nada ante la penuria de instalaciones, Benito Floro y Ginés Meléndez (luego llegaron otros cuyo trabajo fue desperdiciado) acertaron a implantar un modelo que dio frutos de inmediato con un brillante conjunto sub-19 que logró ser campeón de España con futbolistas de la talla de Morientes, Josico o Jesús Muñoz, pero también otros muchos cuya suerte corrió pareja a las políticas erráticas de los dirigentes. (MÁS INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA)