Reconocimiento por ofrecer una segunda oportunidad

Javier D. Bazaga
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El Gobierno dedicó un sencillo pero «orgulloso» homenage a los 125 profesionales que atienden los 15 recursos de acogida repartidos por toda la región con motivo del día contra la violencia de género

Reconocimiento por ofrecer una segunda oportunidad - Foto: David Pérez

Un acto sencillo, pero necesario. Un acto discreto, pero fundamental para reconocer a todos  aquellos que trabajan día a día por dar una segunda oportunidad a las mujeres que se han convertido «sin motivo, porque no hay ninguna razón que lo justifique», en víctimas de la violencia de género en nuestra región.

Hoy, 25 de noviembre, se ha reivindicado –que no celebrado–, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género declarado por la Organización de Naciones Unidas. El Palacio de Fuensalida de Toledo, sede del Gobierno regional, acogió este acto «sencillo» obligado por las circunstancias ante el coronavirus, pero necesario ante un «problema estructural» del que aún se ven sus cimientos en nuestra sociedad, y peor aún, que sigue manifestando sus consecuencias de la manera más cruel, como puso de manifiesto la consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández. Y es que «en tanto que la igualdad no sea un evidencia todos los días, la violencia de género seguirá siendo una realidad», dijo.

Tras repasar las «dolorosas cifras» que han manchado de sangre las estadísticas de la violencia machista, y tras las que hay rostros y dramas familiares, y tras incidir en que «no hay ni una sola causa que justifique este tipo de violencia», ni por amor, ni por celos, ni por nada, el acto consistió en un «orgulloso» agradecimiento a los profesionales, en su mayoría mujeres, que se dedican a atender a esas víctimas de la violencia de género desde los 15 recursos de acogida que ofrece la Junta de Comunidades en toda la región. 125 personas que hoy día prestan su profesionalidad, conocimientos y siempre su empatía y humanidad para que estas mujeres, muchas veces con menores de edad a su cargo, puedan volver a recobrar su autoestima y su autonomía para poder recuperar sus vidas lejos del miedo y la amenaza que ha supuesto vivir con un maltratador. Recuperar sus vidas arrebatadas. Una segunda oportunidad porque la primera se la quitó alguien que no tenía ni cariño, ni amor, ni sentimientos, ni corazón, ni estima por la vida de otra persona, igual, pero mejor que él.

¿Chiringuitos? La consejera de Igualdad y portavoz del Ejecutivo aprovechó para aclarar a todos aquellos que consideran estos recursos de acogida un «chiringuito» que gasta el dinero «en balde» que se trata de una «inversión en justicia social» de la que se sienten «orgullosos». Un elemento vital en su proceso de recuperación para que pasen de ser víctimas a supervivientes de la violencia de género.

El acto institucional consistió en el reconocimiento a todas estas profesionales de estos recursos repartidos por las cinco provincias de la región, y al que acudieron en representación de cada una de ellas Rosa María Alguacil de Albacete; Ángeles Núñez de Ciudad Real; Consuelo Navarro de Cuenca; Joaquina Vega de Toledo; y Mari Cruz García de Guadalajara, quien tomó la palabra en nombre de todas ellas para agradecer este reconocimiento público cuando la mayor parte de su labor la han tenido que desarrollar en la discreción, si no en el secretismo.

Orgullosa de su trabajo, y afortunada por el resultado que genera poder romper esos estereotipos, García admitió que ojalá no fueran necesarias. Lo mismo opinó el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, que presidió este acto, consciente de que ejercen un trabajo valiosísimo. Por tanto, y mientras estos recursos de acogida sean necesarios, se comprometió a dotarlos de los recursos necesarios para poder seguir ejerciendo su labor «discreta» diaria, pero necesaria. «Ojalá que no os necesitemos» les reconoció García-Page, pero mientras, les instó a «no dejar de tener la moral alta».