El Ayuntamiento de Albacete, dentro del área de Medio Ambiente, cerró el año 2021 con 1.340 expedientes sancionadores incoados y 338, el 25%, estuvieron motivados por ruidos, en alguna de las siete variables contempladas, aunque el apartado de ruidos transmitidos por particulares y perturbar el descanso entre las 22 y las 8 horas ocasionó la mayoría, con 327, mientras que los 11 restantes se reparten entre ruidos transmitidos por actividades entre las 22 y 8 horas, con cinco, molestias por ruidos a terceros, con cuatro, ruidos por actividades con molestias a terceros, con uno, y ruidos de particulares por megafonía, con otro.
Por meses, el que mayor número de expedientes sancionadores generó fue noviembre, con 75, seguido por septiembre, con 36, y por febrero 34, siendo en todos los casos el motivo del expediente el ruido por particulares que perturbó el descanso entre las 22 y las 8 horas. Por contra, julio fue el mes con menos actividad, con cuatro expedientes, seguido por junio, con 11, y mayo, con 15.
Las cifras de expedientes sancionadores incoados son superiores a las registradas por ruidos en 2020, el primer año de la pandemia, cuando se registraron 283, aunque el porcentaje sobre el total es similar, ya que suponen un 24% de las 1.164 impuestas en el citado 2020. Curiosamente, junio de 2021 fue el segundo mes con menos expedientes y junio de 2020 fue el que más contabilizó, con 94, mientras que agosto, que no registró ninguno, fue el mes que menos se tramitaron.
Precisamente hoy se celebra el Día Mundial de Concienciación por el Ruido, una efeméride que pretende llamar la atención e incentivar a las instituciones públicas y privadas a informar a los ciudadanos de los peligros que genera la exposición al ruido a largo plazo, así como a animar a las personas a realizarse pruebas auditivas.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la exposición a más de 70 decibelios durante un periodo de tiempo prolongado puede producir daños graves en el oído, con consecuencias irreversibles. En la actualidad, según el jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, el doctor Máximo García Rodríguez, aseguró que vivimos en un entorno ruidoso por el ruido del tráfico, las obras y los ambientes ruidosos que superan en muchos casos los límites establecidos, «lo que supone una agresión a la audición», agregó el otorrino.
Uno de los colectivos expuestos de forma continuada a ruidos con un umbral alto por el uso de los auriculares internos son los jóvenes. «Ese ruido continuado con un umbral alto a partir de los 70 decibelios a lo largo del tiempo puede provocar en personas jóvenes pérdida de audición, porque la gente joven no se da cuenta que ese maltrato al nervio auditivo puede provocarle con el paso del tiempo una pérdida auditiva irrecuperable».
Otra cosa distinta es los traumatismos acústicos puntuales que también pueden producir una lesión a nivel del oído interno, o los trabajadores que están expuestos en su día a día a un ambiente muy ruidoso, como los cazadores, los militares o los chapistas, que trabajan en unas condiciones muy ruidosas y perjudiciales para sus oídos, y que en opinión del doctor García Rodríguez, deben utilizar medios de protección como cascos protectores, algo de lo que cada vez estas personas son más conscientes y están sensibilizados con la necesidad de protegerse para evitar lesiones internas permanentes.
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