Dmitri Dmítrievich Shostakóvich

Antonio Soria
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El gran compositor en el 55 aniversario de su fallecimiento

Dmitri Dmítrievich Shostakóvich - Foto: L. T.

No es gran cosa dedicar una página completa a un compositor del tamaño y la valía de Shostakovich, inspirador de tinta a raudales y programado ininterrumpidamente en las pequeñas y grandes salas de conciertos, siempre admiradas por su Música, extraordinaria en cantidad y calidad.

Cuando hoy se cumplen 55 años de su fallecimiento, vamos a destacar una de sus facetas más desconocidas y que sin embargo él mismo consideraba como una especie de catarsis para regenerar su talento creativo: su música para películas.

En Testimonio (libro publicado en 1979 con las memorias de Dmitri Shostakovich relatadas y editadas por Solomon Volkov), podemos leer un párrafo en que el compositor nos revela el por qué de su proliferación creativa con las bandas sonoras: «A veces se me pregunta -dice Shostakovich- ¿cómo pudo usted participar en proyectos fílmicos, precisamente usted, tales como La caída de Berlín o El inolvidable año 1919? ¿E incluso aceptar premios por algo tan indecoroso?… Ahora incluso me pregunto en ocasiones a mí mismo ¿cómo conseguí sobrevivir? Y creo que fue gracias a las películas». También podemos leer en la correspondencia que mantuvo el compositor con su amigo Iván Sollertinsky (1902-1944), musicólogo, cómo insiste en la importancia de escribir música para películas para su regeneración creativa. Dice así Shostakovich: «Al igual que cuando escribo para el ballet, las partituras para el cine mantienen mis reflejos musicales a punto y mi técnica fresca y depurada… Cuando he completado una película, estoy preparado para trabajar en una sinfonía o en un cuarteto de cuerda».

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