José Fernando Molina recogió la única ovación en Las Ventas

Pedro Belmonte
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Volvióa la primera plaza del mundo tras su salida en hombros del 19 de junio, dentro del certamen de novilladas nocturnas

Un momento del paseíllo. - Foto: P. Belmonte.

Volvió José Fernando Molina a la primera plaza del mundo tras su salida en hombros del pasado 19 de junio, dentro del certamen de novilladas nocturnas de Las Ventas y todos, se estrellaron contra los novillos de Vistalegre que se presentaban en Madrid, un encierro falto de casta, clase y bravura, por lo que bastante tuvieron con estar dignos, aunque en el caso del albacetense, sobresalió por su firmeza y seriedad. Con su primer novillo, segundo de la tarde, apenas pudo torearlo con el capote, aunque antes le hiciese un quite por saltilleras al que abrió plaza que correspondía a Rocío Romero. El novillo apenas pasaba, con media arrancada y siempre con la cara por arriba, sin ninguna entrega, por lo que Molina se metió con él y pudo conseguir algunos pasajes con mérito y firmeza. Se arrimó jugándose los muslos y la barriga, lo que el público de Madrid agradeció. Un pinchazo antes de una estocada sin puntilla, le hizo salir al tercio a recoger una cerrada ovación, tras escasa petición. El quinto, muy astifino, no se definió de salida, siendo imposible poder pararlo con temple, además fue complicado para picar y esperó en banderillas, por lo que ya fue cantando su condición en los primeros tercios, llegando al final sin ninguna clase, viaje corto y con la cara alta, por lo que el albacetense tuvo que echar mano de nuevo a su decisión, coraje y oficio, intentando que el de Vistalegre pasara, a base de exponer, quedándose quieto e intentando mandarle. Media estocada baja, Una atravesada y descabello, dieron lugar a que el público, que cubría algo menos de un tercio del aforo, le agradeciese su entrega con una palmas, que el novillero recogió sin salir del callejón.

El comienzo de la fue accidentado, ya que el primer novillo se partió un pitón, y el primer sobrero, del hierro de Torrealba, se partió una mano, debiendo ser apuntillado, así que como primero "tris" salió el que debiera haber sido cuarto, novillo con poca gracia y casta, estando la novillera cordobesa Rocío Romero, algo desconfiada, sin llegar a conectar, lo mismo que en el cuarto, segundo sobrero del hierro de Virgen María, que salió frenándose en los capotes y punteándolos, lo que hizo que en los primeros tercios, la novillera se inhibiese, trasteando con la muleta sin confianza. Dos silencios fue el balance de la andaluza.

El Melli también se presentaba en Las Ventas y, al igual que sus compañeros de terna, se estrelló con las condiciones de sus dos enemigos, destacando el recibo de capote al tercero de la tarde, con arrebato y encaje. No hubo conexión en ningún momento con el tendido, en el tercero por cortar pronto las tandas y en el cierraplaza por las nulas condiciones del manso para cualquier lucimiento. Otros dos silencios adornaron los finales de ambas faenas.