La algarabía regresó ayer al entorno de la residencia de ancianos de San Antón, merced a la recuperación de la tradicional bendición de los animales, que no se celebró a causa de la pandemia. El obispo de Albacete, Ángel Fernández, presidió la misa previa a la procesión de la imagen de San Antonio Abad por las calles del barrio. Decenas de dueños y mascotas esperaban ordenamente mientras tanto, su turno para recibir el agua bendita y otros muchos vecinos compraban los habituales barquillos o dátiles en los puestos instalados en la calle Doctor Beltrán Mateos