Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Los niños bien

13/10/2022

Nos los han puesto de moda, las televisiones ponen las pantallas a su servicio horas y horas y ellos, los niños bien, no desaprovechan la oportunidad de hacerse campaña propia o de la sociedad a la que representan. Ya sea Tamara Falcó, marquesa de Griñón, dando lecciones a los ultras mejicanos o con sus recetas culinarias desde las cocinas de los platós televisivos, el tal Onieva, alguna nieta del Emérito y otros ejemplos individuales, lo cierto es que los niños bien de este país están últimamente en su salsa y muy creciditos. Si además los juntas, en manada, como en el ya tristemente famoso colegio madrileño Elías Ahúja, entonces es el ya no va más y parecen dispuestos a comerse… el mundo, supongo.
Estos niños bien, niños pijos diríamos en Albacete, se han puesto de moda, decía, y eso no es precisamente una buena noticia. Y no lo es porque su bandera no es blasón alguno de la ingente mayoría de los ciudadanos, por no representar ni a una mínima parte de los jóvenes españoles que no van a caros colegios mayores, o que se han hecho mayores sin poder ir al colegio que deberían, sin embargo ahí les tenemos asomándose a los balcones aullando como desesperados lobos en celo. Es una tradición, dicen sus defensores, que los tienen, no vayan a creer; pues peor todavía ¿es esa una tradición tolerada año tras año por un colegio mayor regentado por su carácter religioso y cristiano? Los cánticos nazis, la exaltación fascista o la excitación machista no estará en el ideario del colegio en cuestión, presumo, pero si está consentida, y si es una tradición contiene el inadmisible consentimiento de la misma desde hace muchos años. No parece la defensa más aceptable.