La demanda de ayuda por el virus a la AECC creció un 360%

T.R
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Los profesionales de la asociación atendieron durante la pandemia más 1.200 sesiones telefónicas con enfermos oncológicos y familiares

Varias personas a las puertas de la sede de la Junta para pedir ayudas. - Foto: Arturo Pérez

La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 está provocando una situación de emergencia en las personas que sufren cáncer y sus familias, con un gran impacto económico-laboral, sanitario, psicológico y científico en una población ya de por sí vulnerable. Esta es la alerta que lanza la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) a la vista de los primeros datos de demanda de ayudas sociales y del estudio realizado sobre malestar psicológico en pacientes de cáncer durante el confinamiento. 

Aunque la atención sanitaria de los pacientes con cáncer ha sido una prioridad para los sistemas públicos de salud una vez se ha empezado a retomar la atención presencial en consultas y la actividad quirúrgica, estos pacientes han sufrido aplazamientos en los tratamientos, retrasos en las pruebas, como consecuencia del confinamiento y la paralización del país, lo que les ha generado un estrés y ansiedad añadidos, que se ha traducido en una mayor demanda de atención psicológica en la asociación.

En la provincia de Albacete, la asociación ha registrado entre el 1 de enero y el 1 de julio de este año una mayor demanda de peticiones de apoyo psicológico, que se traduce en un incremento del 14,3% respecto al mismo período del año anterior, con 248 atenciones psicológicas frente a 217 del año pasado.

También ha aumentado de forma notable, en concreto un 360%, el número de peticiones de ayudas sociales entre pacientes con cáncer cuya situación económica se ha agravado a causa de la pandemia, puesto que se ha pasado de cinco del año pasado a 23 de este año. Si bien el pasado año la mayoría de las ayudas eran para gastos de medicamentos, este año sin embargo son para manutención básica.

Desde hace casi un mes, la AECC ha recuperado su actividad presencial en su sede, con la máxima seguridad y acorde al protocolo de prevención en riesgos laborales de la organización. Así, se cumple con las acciones adoptadas con relación a las medidas organizativas, de distanciamiento interpersonal y de higiene, para garantizar una vuelta segura tanto a las personas beneficiarias como a los profesionales de la entidad. 

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