La defensa dice que el acusado no tenía intención de matar

Josechu Guillamón
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El encausado dijo estar arrepentido y reconoció haber cometido un daño irreparable

Imagen del abogado de la defensa, Mariano López Ruiz. - Foto: Arturo Pérez

El abogado de la defensa, Mariano López Ruiz, siguió defendiendo que su cliente no era responsable de un asesinato, sino de un delito de homicidio imprudente, que conlleva una pena de uno a cuatro años de prisión.

Por ello afirmó que su mandante en ningún momento tuvo intención de matar. «Es imposible que tuviera esa idea de matar. No buscaba matar, no tenía ningún motivo para matarlo, la única posibilidad es que estaba ofuscado y le dio en la cabeza, fuera de control. No era él en ese momento». «Tiene un momento de ofuscación, es un momento instintivo».

Además añadió que «si lo hubiera querido matar no lo habría llevado a su casa». «Si de verdad lo hubiera planeado, no hubiera tenido el cuerpo varios días en el trastero, desprendiendo olor».

En cuanto a las atenuantes solicitadas, afirmó que como había explicado su cliente actuó por un arrebato y señaló que si se daban las dilaciones indebidas, puesto que, según dijo las actuaciones se desarrollaron hasta julio de 2018, con lo que habían pasado tres años sin realizar ninguna diligencia.

También afirmó que existía la atenuante de confesión, porque cuando se presentó la Policía Nacional en su casa para detenerlo reconoció ser el autor de los hechos y les contó como había sucedido y donde, algo que ayudó mucho a la investigación, ya que permitió encontrar pruebas importantes para la investigación, como la sangre de Jairo Roland en la pala que había en el trastero.

En cuanto al otro acusado, dijo que «su intervención no fue imprescindible» para que el su cliente se deshiciera del cadáver.

Por su parte, Francisco José Durá Blanca, letrado del presunto encubridor, pidió la libre absolución de su cliente, al entender que no estaba probada su participación.

 

Arrepentimiento. El policía local acusado del crimen, J.M.P., manifestó su arrepentimiento por haber causado la muerte de Jairo Roland Arcos. «Es una muerte que no quise que sucediera, ni era mi intención. Una reacción instintiva puede tener consecuencias fatales. Llevo arrepintiéndome toda la vida. El dolor y el sufrimiento que llevo dentro es mucho». Además comentó que «el sufrimiento que alcanza la familia, nunca lo sufriremos como ellos». 

En la misma línea añadió que «quiero manifestar públicamente que sé que he cometido un daño irreparable e irremediable y del que me arrepiento profundamente. Pido perdón, aunque asumo que el perdón lo consideren inadmisible, porque yo no me he perdonado».