Los 'andarines' volverán a llevar hoy al Cristo del Sahúco

E.F.
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La tradicional procesión saldrá desde la aldea poco antes de las seis de la tarde, justo después de la Misa

Los ‘andarines’ salen a la carrera con el Cristo camino de Peñas de San Pedro. - Foto: José Miguel Esparcia

La carretera que lleva desde la Aldea del Sahúco hasta Peñas de San Pedro se llenará hoy de andarines, los corredores que portan dos veces al año, de traída y de llevada, la efigie del Santísimo Cristo guardada en su llamativa urna protectora con forma de cruz.

Como marca la tradición, el Santuario de la aldea acogerá la celebración de la Santa Misa. Mientras tanto, el santero se encargrá de organizar las parejas, que en realidad son equipos de cuatro corredores, que llevarán sobre sus hombros y por relevos cuidadosamente establecidos la imagen de Jesús.

Una vez que concluya la Misa, poco antes de las seis de la tarde, saldrá la comitiva de corredores vestidos en su mayoría con el tradicional atuendo blanco con una faja muy apretada de llamativo color rojo para evitar las lesiones.

Será entonces cuando se vuelva a oir los habituales vítores de «¡Viva el Santísimo Cristo del Sahúco!», «¡Viva el acompañamiento!» o el más aguerrido «¡Palmas, gandules!» para espabilar a los corredores.

La hora de llegada de la caravana blanca es relativa. Depende en buena medida de las condiciones meteorológicas que, según la Aemet, serán el lunes y en Peñas de San Pedro unos 33 grados de temperatura máxima con algunos intervalos de nubes.

En todo caso, se espera que el Santísimo Cristo del Sahúco llegue a Peñas de San Pedro en torno a las ocho de la tarde. Como es habitual,  se harán tres paradas durante el recorrido, que serán la Cruz del Pardalejo, La Rambla y Puente de La Solana.

El recorrido tiene un total de 14 kilómetros de longitud y, tras la celebración de la romería de hoy, la imagen del Cristo permanecerá en Peñas de San Pedro hasta el próximo mes de agosto, cuando se celebre la Romería de Llevada, esto es, de retorno a la Aldea del Sahúco, donde la sagrada efigie permanecerá hasta la celebración de un nuevo Lunes de Pentecostés.