José Francisco García Cerdán es maestro de profesión y folclorista de vocación. Su trabajo está en el Colegio Duque de Alba de Almansa y su pasión en las actividades de la Asociación Cultural Cuesta de la Charca de Fuente Álamo, que actualmente preside, aunque para él no son dos partes separadas de su vida, sino dos caras de una misma moneda.

¿Cuándo comenzó a interesarse por el folclore?

Ni me acuerdo, de veras. Siempre me ha gustado este mundo, he estado vinculado a él, desde que tengo memoria. Por ejemplo, cuando estudiaba en Albacete, busqué la forma de seguir en él y entré a formar parte del grupo del Barrio de San Pablo.

¿Pero no es una actividad muy absorbente?

Si te gusta de veras, pues no. No es que no te cueste hacer el esfuerzo, es que ni lo ves como un esfuerzo, es algo que se integra en tu vida y evoluciona contigo. Cuando era más joven, lo que más me interesaba era bailar, cantar y disfrutar; ahora que no lo soy tanto, me dedico también a la investigación, a la recuperación de nuestra cultura, de nuestras tradiciones, a buscar piezas olvidadas.

¿Cuál es el estado de salud del folclore en Albacete?

Goza de buena salud, pero es mejorable. Depende mucho del empuje de las personas, de los grupos, pero no puedes estar tirando toda la vida, así que a veces se producen baches, ciclos, y ahí las instituciones deberían ayudar un poco más, para dar continuidad, es crucial que no haya saltos entre generaciones. Por ejemplo, ahora en Fuente Álamo hemos tenido cinco años buenos, aquí y en sitios próximos como Ontur, Montealegre o Hellín, pero también tuvimos una racha de 12 años en blanco, y eso supone que una generación entera creció sin saber nada de su tradición.

¿Qué se puede hacer?

Hay que ‘enganchar’ a los niños y lograr que mantengan el contacto cuando llegan al instituto. En Nerpio, por ejemplo, la Cuadrilla del Tío Román ha tenido mucho éxito, los niños están locos por llegar a Cuarto de Primaria, para aprender a tocar la guitarra o la bandurria.

¿Y qué es lo que más les gusta del folclore a esas edades?

Una de las cosas que más les fascina es descubrir que se puede hacer música casi con cualquier cosa, con una botella, con unas cucharas, con lo que haya a mano, entran en ello como un juego, de forma natural. Lo he visto cada vez que, como maestro, he incorporado el folclore a mi trabajo con mis alumnos y la respuesta siempre es buena.

¿Y de dónde viene el folclore de Albacete?

De su riquísima historia y de su excepcional situación geográfica. Hay que decirlo bien alto, el folclore de Albacete es de los más ricos de España. Hay herencias romanas, árabes; hemos recibido mucho de las regiones que nos rodean, y cuando vamos a otras partes de España, a festivales grandes como el de Segovia o a encuentros más pequeños como hace unos días en Granada, se quedan asombrados: fandangos, jotas, seguidillas, malagueñas, manchegas... aquí se tocan casi todos los ritmos que hay.

¿Pero hay un solo folclore o varios en la provincia?

En mi opinión, lo que es hay es como un árbol enorme, con tantas ramas que es imposible que un solo grupo los abarque todos, por eso unos se especializan en piezas de un momento concreto, como Magisterio; otros recuperan piezas de baile suelto, como Abuela Santa Ana y otros, como nosotros, nos preocupamos por el baile en la calle, por acercar el folclore a la gente, y hay muchas otras ramas, es una tarea casi infinita.