«En el Altozano está la vida de Albacete»

Antonio Díaz
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El escritor albacetense Miguel Garví Sánchez acaba de publicar Miguelito en el Altozano, un nuevo cuento. Un viaje por la historia de la plaza, su pasado y presente

Miguel Garví Sánchez. - Foto: Rubén Serrallé

El escritor albacetense Miguel Garví Sánchez acaba de publicar Miguelito en el Altozano, un nuevo cuento. Un viaje por la historia de la plaza, su pasado y presente. Además, se trata de una nueva obra benéfica del autor de Robledo, en la que colabora con el Cotolengo.

¿Un libro y cuento?

Sí, Miguelito en el Altozano es un libro y cuento, porque tampoco cumple los estándares de lo que es un cuento; creo que es más un libro para niños de 12 13, 14 años. Nace como continuación de mi anterior obra, que estaba ambientada en el parque, Niño sin nombre, que nació aislado, también para apoyar al Cotolengo y se recaudó una cantidad importante. Mucha gente me animó a que hiciese otras obras sobre importantes rincones de Albacete, en ese tono, porque Miguelito en el Altozano tiene el mismo formato y medidas. 

En este caso, el niño sí tiene nombre.

Claro, cabía la posibilidad de sacar el niño sin nombre del parque, pero no me pareció lógico. Entonces, inventé un nuevo personaje, Miguelito, que va vestido de manchego, y que se interrelaciona con otros personajes del Altozano, como El Mochillero o la Bicha de Balazote. Los tres personajes presentan la historia del Altozano, desde el siglo XVI hasta hoy.  

¿Se propone contar la historia de la ciudad?

Bueno, en este libro recogemos, por ejemplo, los edificios que hay actualmente en el Altozano y los que hubieron, porque algunos, por desgracia han desaparecido; otros nacieron con una función y actualmente tiene otra y hablo también del Banco de España, que espera una nueva función. Albacete sigue siendo una ciudad provinciana en la que vivimos muy aferrados al centro y al Altozano es un punto capital también hoy, a pesar de los intentos de sacar la vida cultural y social  de ese centro. La plaza del Altozano es el eje de mi libro y creo que se da una pincelada bastante extensa de su historia.   

¿Cómo estructuró la historia de Miguelito?

Es un recorrido que hace Miguelito, como si fueran las agujas de un reloj. Comenzamos con el edificio principal, el viejo Ayuntamiento, hoy Museo Municipal, y contamos la historia de cómo nació y cómo se transformó. Después seguimos con el resto de edificios, hasta terminar con el que fue Audiencia Territorial, el Convento de San Agustín. 

¿Cuánto le llevó la obra?

No demasiado, cuatro meses. Al ser un libro de investigación, dependes de las fuentes. Para este libro estaban ahí, así que fue rápido, incluso buscar fotos antiguas, por lo que tengo de dar las gracias a muchas personas, como José Carlos Molina.

¿Qué es para usted lo más singular del Altozano?

En el Altozano está la vida de Albacete. Esta condensada la vida de Albacete desde el siglo XVI hasta aquí. Aunque no había un cerco físico, sí que podemos hablar de algo parecido. Ese cerco psicológico se rompió cuando se construyó el barrio del Perpetuo Socorro, las Casas Baratas, y de eso quiero hacer también un libro, por esa circunstancia en concreto.   

¿Cual es ahora el edificio más singular?

Para mí, el viejo Ayuntamiento. También el Banco Central antiguo era singular. Forma parte de la portada del libro, una pintura de José Garrido, que generosamente me ha cedido. Era un edificio precioso e incluso hubo un intento del Ayuntamiento por salvarlo y comprarlo, pero no hubo acuerdo. El Banco de España es bonito también. 

Como siempre, una obra que es benéfica...

Sí, los beneficios por la venta irán al Cotolengo. Del anterior se recaudaron 1.050 euros y de este intentaremos, al menos, recaudar la misma cantidad. 

¿En qué trabaja ahora?

El mes que viene saldrá una novela, que cerrará la trilogía con Tal vez... mañana, La condesa-viuda de los Falallones y  la nueva, No tengas ninguna duda. Quiero abrir una serie después sobre una inspectora  de policía que protagonizará los nuevos volúmenes.