Para una artista, ¿hay un antes y un después de ganar la Lámpara Minera?

Sin duda, por lo menos en mi caso hay un antes y un después. Tiene mucha repercusión, porque entré en algunos circuitos y festivales. 

Luego, hay que defenderla todos los días. 

Eso es cierto, hay que mantenerla encendida. Es importante que el artista que se presenta en La Unión y gana ese galardón, que es el máximo, que se haya preparado para ello, con esos cantes mineros y otros, para luego tener una solvencia suficiente y, por supuesto, la posibilidad de hacer un recital amplio.  

¿Con qué estilos se siente más cómoda?

Por ejemplo en la soleá, es un cante en el que me siento muy bien, también con los cantes de Málaga, mi tierra, o con los de ida y vuelta. Por suerte, tengo un amplio abanico en el que moverme.  

Otra de sus señas de identidad es la innovación. 

Lo hago siempre con mucho respeto, minuciosamente, tratando de no faltar el respeto al flamenco en sí.  

Con una amplia carrera nacional e internacional, ¿ve diferencias entre los públicos?

Si que hay. Tengo que decir que en ocasiones, fuera, el público es distinto, valora más el flamenco. En Francia o Japón tienen un grandísimo respeto al flamenco, con un público que puede estar muchos minutos en pie, aplaudiendo. 

Si hablamos de público, ¿qué le parece el de Albacete?

Magnífico. Será la tercera vez que actúe en la ciudad y tengo muy grato recuerdo de la afición de Albacete.  

Presentará su disco, La voz vivida, ¿cómo es?

La voz vivida es un trabajo que llevaba años a la espera de su oportunidad y la tuvo a raíz de ganar la Lámpara. Hoy es difícil encontrar una discográfica que apueste por el flamenco, es muy complicado. Este trabajo esperaba su oportunidad, porque grabar un disco, como quería, cuidado, con los colaboradores que deseaba, tenía un coste e invertí el premio de la Lámpara en esa grabación.  

Un disco con algunas letras propias.

Mías y del maestro Juan Ramón Caro, mi pareja artística y sentimental, que me ayudó mucho con el disco, y cuando decidí presentarme en La Unión, y en el día a día, en todos los conciertos. 

Hay una cantiña de los dos, dedicada a mi tierra y también a uno de los autores, Paco Acosta, le pedí letras nuevas cuando fui a La Unión; renovar los cantes es algo que me gusta mucho desde hace años. 

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