Sergio Serrano pincha en Madrid una faena de puerta grande

Pedro Belmonte
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El diestro albacetense firma lo mejor de la tarde y tuvo el triunfo en la mano con el primero de su lote en Las Ventas, pero el desacierto con el acero deja su resultado en una cerrada ovación

Sergio Serrano torea al natural por abajo ?a ‘Garañuelo’. - Foto: Zipi Aragón (Efe)

Tuvo las orejas casi en la mano Sergio Serrano en el segundo de la tarde, primero de su lote, un toro que ya le dio un buen susto a porta gayola, al venirse muy pronto y cogerlo sin consecuencias graves aparentes. Le costó ir al caballo y esperó en banderillas, apretando a Casanova, cogiéndolo sin consecuencias. Serrano supo estar con el toro, que desarrolló un gran fondo, cuajándolo sobre todo por el buen pitón izquierdo, con temple, suavidad y llevándolo cosido a la muleta, siempre muy por abajo, con naturales muy largos. La plaza crujió con fuerza y cuando parecía que las orejas iban a ir a sus manos, lo pinchó por tres veces, antes de una buena estocada y de nuevo se atascó con el descabello, por lo que todo quedó en una cerrada ovación que recogió Serrano en el tercio.

El quinto fue harina de otro costal, aunque también fue a encontrarse con él a porta gayola, para después poderle enjaretar dos verónicas templadas y suaves, hasta que el toro se descompuso. Brindó al público con la intención de redondear la tarde, pero se dio de bruces con la condición de Buscador, escaso de casta, con el que apenas pudo templar un par de tandas en redondo, hasta que decidió acortar el viaje, hasta pararse y desentenderse de toda pelea. Un pinchazo y una estocada muy fea terminó con la tarde para Sergio.

Abrió plaza el toro Mitotero, animal vareado de carnes, con el que no se acopló Ferrera con el capote. Buena lidia la de Javier Valdeoro y brillaron con las banderillas José Chacón y Fernando Sánchez, a quienes se les obligó a saludar. 

El cuarto, fue un toro con comportamiento intermitente. El banderillero Fernando Sánchez protagonizó un gran tercio con dos pares llegándole mucho al toro y saliendo muy airoso, bien reunidas y arriba, saludando a la gran ovación que se llevó tras el tercio. No tuvo entrega y siempre embistió a media altura, aunque Ferrera pudo cuajarle varias series muy templadas, a media altura, con la muleta sin montar, escuchando palmas.

Complicado el tercero de la tarde, un toro que apenas le duró con franqueza a Román un par de tandas, tras lo que el animal se fue orientando, midiendo al torero y quedando mucho más corta y descompuesta la embestida. 

El que cerró plaza estuvo en la línea de la mayoría de sus hermanos, con poquita casta y pasando a media altura, con escaso recorrido. Lo intentó Román y en eso quedó, en el intento.

Al concluir el festejo, la Asociación de la Prensa de Madrid otorgó al diestro albacetense la Oreja de Oro, como mejor matador de la Corrida de la Prensa, con la que concluye este San Isidro 2022.