El ascenso del Albacete a Segunda solo puede corresponder a  la épica. Así está en la mente de todos los aficionados del conjunto manchego, que ven como la situación está en contra de su equipo y a favor del Deportivo desde todos los ángulos. A lo único que se agarran es que el fútbol sigue siendo el fútbol y, por ende, es imprevisible y lo que parece más claro luego se convierte en oscuro, y sino que se lo digan al Badajoz el año pasado.

Por tener en contra, el Alba deberá luchar hasta contra sí mismo, porque el equipo acabó la temporada muy alejado de su mejor imagen y, por mucho que se ganase al Rayo Majadahonda en las semifinales, las dudas se mantienen de cara a la cita final, la del todo o nada, el partido que pone fin a la temporada, porque después solo quedará la gloria para el ascendido y el lamento para el derrotado.

El Deportivo ha realizado una mejor campaña que el Albacete, aunque en su pugna con el Racing perdió pronto sus posibilidades de ser primero. Cayó en la última jornada, donde no se jugaba nada, pero antes, enlazó ocho partidos sin perder, con seis victorias, para apuntalar esa segunda plaza que le otorga la gracia de ascender si el partido acaba en empate tras la pertinente prórroga.

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