La pandemia ha tenido una clara incidencia y repercusión como no podía ser de otra forma en la actividad trasplantadora en todo el país, y la provincia de Albacete y la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha no ha sido ajena a esta complicada situación, que obligó durante los meses más duros de la crisis sanitaria por el Covid a suspender los trasplantes, al igual que el resto de intervenciones quirúrgicas no urgentes, y dedicar todos los recursos humanos y materiales al control de los pacientes enfermos de coronavirus.

Pese a ello, el Hospital General Universitario realizó en 2020 un total de 26 trasplantes renales, único centro hospitalario público de la comunidad, junto al de Toledo, que llevó a cabo 19, autorizados para hacer estos injertos, una cifra considerablemente inferior a los 120 (60 cada hospital) realizados en la región durante el 2019, año en que se batieron cifras históricas, tras varios años seguidos en que la cifra no bajó del medio centenar. Esto significa una reducción del número de trasplantes del 56% en 2020 respecto a 2019.

Fue a mediados del mes de junio cuando el Hospital General llevó a cabo su décimo trasplante de 2020 y el primero desde la declaración de la pandemia por Covid-19. Debido a la emergencia sanitaria, la actividad trasplantadora en todos los hospitales españoles se tuvo que frenar, por el enorme riesgo que implicaba para el paciente, por su estado inmunodeprimido, una cirugía de esas características, en un momento, además, de gran presión asistencial.

Con 17 años de experiencia desde que se realizara el primer trasplante renal en la región, en el Hospital GEneral, el 24 de junio de 2003, ya son 586 los injertos renales llevados a cabo en Albacete por el equipo multidisciplinar que compone la Unidad de Coordinación de Trasplantes.

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