La Diputación de Albacete plantea una intervención mínima y muy controlada en el Chalet Fontecha, para convertirlo en la nueva sede del Instituto de Estudios Albacetenses (IEA), según el proyecto básico de la obra, aprobado recientemente por la Presidencia de la Corporación provincial.

En una resolución oficial fechada el pasado día 29 de diciembre, se dispone además el inicio del expediente de contratación de la obra, que tendrá un presupuesto de licitación de casi 300.000 euros, además de abrir un proceso de exposición al público del proyecto, cuyo autor es el arquitecto Joaquín Francisco García Sáez.

En la memoria del proyecto, se hace un análisis del estado del inmueble, construido en el año 1922  y que cuenta con un grado de protección «parcial», además de estar catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2014.

El edificio tiene 1.500 metros cuadrados de superficie construida, repartidos en cuatro niveles: planta semisótano, planta baja, planta primera o noble y planta de ático bajo cubierta. Las únicas modificaciones que se hicieron en su distribución fue el derribo de algunos tabiques en 1987, cuando lo ocupó la Cámara de Comercio.

«El estado de conservación es bueno», se indica en la memoria, salvo «el desgaste que sufre una edificación por el hecho de estar un tiempo cerrada» ya que en 2013, tras el cierre de la Cámara, fue adquirido por la Diputación para un proyecto de museo que no llegó a  ver la luz.

De hecho, las «patologías» del inmueble son «leves», como una bajante oculta que está obstruida y algunos elementos de la fachada que presentan «fisuras de poca trascendencia», pero necesitadas de una intervención.

No obstante, el diagnóstico final es optimista: «Si no hubiera que realizar ninguna reestructuración o adaptación a la accesibilidad, el edificio solo necesitaría limpieza y pintura para su uso».

En la planta baja y la primera planta, la propuesta técnica que se hace es «no modificar nada en la planta baja y primera de la vivienda y que el mismo edificio nos muestre cómo eran las viviendas del tipo que representa».

La idea es que «las dependencias privadas de la planta baja y primera sean ocupadas por la 'familia' del IEA mientras que los elementos de relación como distribuidores y galerías, las antiguas dependencias del servicio o el gabinete sean espacios abiertos a la ciudadanía».

El sótano se utilizará como espacio de archivo y almacenamiento, mientas que en la última planta se ubicarán la biblioteca del IEA y el Centro de Estudios y Documentación de las Brigadas Internacionales (Cedobi).

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