«Todos los concursos suponen una invitación a crecer»

A.D.
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Carlos Roldán Martínez consiguió un importante reconocimiento, el tercer premio, en el Master Tapas Pimiento de Piquillo de Lodosa, Denominación de Origen Protegida

Carlos Roldán Martínez. - Foto: Arturo Pérez

Carlos Roldán Martínez estudia Dirección de Cocina, Grado Superior, en el IES Universidad Laboral,  lo que hace compatible con un trabajo también relacionado con la hostelería. El joven consiguió un importante reconocimiento, el tercer premio, en el Master Tapas Pimiento de Piquillo de Lodosa, Denominación de Origen Protegida, en el que participaron más de 20 Escuelas de Hostelería de España. El galardonado comentó a La Tribuna de Albacete cómo se decidió a participar en el importante certamen de la villa navarra.

¿Por qué decidió participar en este concurso?

Yo trabajé alguna vez de cocinero, antes de meterme a hacer el Grado Superior, siempre he cocinado y, al final, los concursos son como todo lo contrario al oficio de cocinero como tal, con mucho estrés y muchas horas en el cocina. Creo que estas oportunidades, los concursos de creatividad e investigar, te motivan para, en un futuro, montar algo teniendo en cuanta tus ideas. También, todos los concursos suponen una invitación a crecer, porque no todo tiene que ser estudiar e ir a un restaurante donde vas a a estar muchas horas, porque si fuese así podrías parecerte más a un cocinero de un restaurante de cocina rápida que a un verdadero chef al que le gusta la cocina. 

Total, salió el concurso y mi tutor, Víctor Rosa Montañés, nos animó a participar y entre los alumnos, nos presentamos ocho. 

¿Qué preparó?

Con el piquillo, en el tema de concurso, lo normal es hacer una mousse, por el sabor que tiene, porque lo más fácil es eso, pero pensé hacer una pasta fresca de piquillo, algo  que no había visto nunca. Me puse a experimentar, estuve cruzando pasta de espinacas y tomate y, al final lo saqué también con el piquillo, hasta que salió en condiciones. Hice un ravioli de pasta fresca de piquillo, relleno de una confitura de pimientos de piquillo y queso crema ahumado con carbón vegetal,  algo que hice en clase. Luego, ese ravioli como tal, estaba buenísimo, sobre una crema ligera de porrusalda. Es algo muy sencillo que está hecho con puerro, patata y yo le incorporé bacalao, que pega mucho con el piquillo. 

¿Llevó algo ya preparado?

El concurso eran 30 minutos, con 15 de preparación, entonces hay cosas que tienes que llevar hechas, porque encima tenía también un coral crujiente, como una torta muy fina de harina. Todo el plato hecho con productos naturales y muy sanos. 

Este plato se puede servir de tapa, por supuesto, también en un menú desgustación, en cualquier restaurante donde guste la cocina tradicional perfeccionada. 

¿Es muy difícil?

Lo más complicado es rellenar el ravioli, pero la receta es fácil porque la porrusalda es media hora y, luego, solo tienes que esperar que la masa repose, calculo que en una hora estaría hecha la receta. 

Claro, valoraron en el plato, presentación, degustación, limpieza y, por supuesto, la presencia del piquillo en la receta, con su sabor, porque era el protagonista, aunque intentes complementarlo.  

¿Qué planes tiene?

Terminar el Grado Superior, por supuesto, y llevo unos años trabajando y me gustaría emprender. Con el tema del premio estamos viendo posibles inversiones porque me apetece montar un restaurante creativo, con productos muy sanos, también enfocando el futuro desde el punto de vista empresarial, disfrutando del trabajo. 

¿Piensa también en otros certámenes?

Claro, veremos qué va saliendo para ver si podemos participar, pero es algo que me gusta mucho.