'Locos' de José Pascual Abellán repiten el triunfo de 'Locas'

Emilio Martínez
-

Más allá de que la obra gozara o no de éxito, que lo está teniendo, lo más importante para su autor era sacarse la espina que a un hombre de su enorme sensibilidad le embargaba desde hace tiempo con su triunfal creación dramática de Locas

Nacho Hevia y José Pascual Abellán posan para ‘La Tribuna’. - Foto: Emilio Martínez

Más allá de que la obra gozara o no de éxito, que lo está teniendo, lo más importante para su autor era sacarse la espina que a un hombre de su enorme sensibilidad le embargaba desde hace tiempo con su triunfal creación dramática de Locas. Y ahora José Pascual Abellán respira tranquilo, más que porque la versión masculina de la obra empiece a tener la repercusión de la anterior, que la está teniendo, porque se ha quitado de encima ese especial complejo de culpa. De modo que al margen de que Locos lleva varias semanas representándose con éxito en los madrileños Teatros Luchana, lo más importante para el albacetense es «haber saldado la deuda de asociar directamente la inestabilidad emocional a personajes femeninos en lugar de a hombres», cual confiesa a La Tribuna.

Tampoco oculta que la estructura de la obra inicial, con la que hace cerca de tres lustros comenzó su ahora destacada carrera cuando él era un desconocido, estaba en su mente desde el inicio en que acabó y después estrenó Locas. «En efecto, ya desde el primer día me pregunté por qué los personajes de mi obra eran mujeres y no hombres. Y encima coincide en que ahora, casualmente, este tema referido al género masculino está de actualidad».

Semejante argumento y estructura es exactamente el mismo de Locas, aunque estima que de manera paradójica es a la vez completamente diferente y al mismo tiempo exactamente igual. Porque, cual concluye, «la emoción, la depresión, la pulsión de vivir y relacionarse y este tipo de emociones no tiene género». Por eso, agrega que, aparte de que en muchas obras veamos a actrices interpretando personajes masculinos y actores en el papel de femeninos, lo de la dualidad Locas Locos va por otro camino, no tiene nada que ver. 

Y el corolario de todo ello, como remata Abellán, es que parece indudable «que en realidad es más, mucho más,  lo que nos asemeja que lo que nos diferencia a ambos géneros». De ahí que Locos haya nacido de la necesidad de romper estos estereotipos arraigados en nuestra sociedad «en la que la, todavía por desgracia aunque cada vez en menor medida,  enfermedad mental y la vulnerabilidad se asocia a lo femenino y la construcción de lo masculino viene dada por las limitaciones emocionales».

Lo que sí tienen ambas obras como denominador común es que han gustado mucho, aunque Abellán ni lo pretende ni cree que esta versión masculina alcance las cifras de la femenina con más de 15 versiones diferentes en varios idiomas y países. Muy especialmente en Hispanoamérica, donde lleva subiéndose a los escenarios ininterrumpidamente más de la mitad de los cerca de 13 años desde que se estrenó en Madrid, donde también es habitual desde entonces, en unas salas o en otras, que se represente cada temporada con alguna excepción, e incluso no falta la versión cinematográfica.  

Un autor imprescindible. Este clásico éxito y repercusión de las creaciones del albacetense -que también se ha repetido aunque en menor medida en versiones nacionales e internacionales- no extraña nada a uno de sus actores fetiche, Nacho Hevia, quien encarna a Gregorio, uno de los personajes de Locos. El intérprete califica de «intemporales» las creaciones de «un autor imprescindible y necesario» como  Abellán. Calificativos que justifica de esta manera: «Pocos autores y autoras saben, como él, escribir y transmitir las emociones humanas a través de historias de un profundo calado social y siempre atento a los problemas e inquietudes más hondas y trascendentes de nuestra época».

Porque este prestigioso actor y director, que ha protagonizado varias obras anteriores del albaceteño, al que conoció en 2014 cuando como tantos, sufrió «el revulsivo para todos que significó su aparición en el panorama teatral madrileño» -Hevia dixit-.  «Pues José Pascual puede llegar a tratar temas como la salud mental, la gestación subrogada, el diálogo y el perdón, el desprenderte de lo más querido por ti para poder dar vida a otras personas, el odio y el racismo... con una sinceridad, verdad y una bella y aparente sencillez que hacen que sus obras se hagan atemporales». 

De ahí que tras sus actuaciones anteriores a Locos en Cositas, ¿Dónde vas corazón?, o Ni con tres vidas que tuviera, fuese comprobando poco a poco que ambos coinciden en una manera de trabajar muy parecida, por lo que se entiende muy bien que se inclinara por intentar coprotagonizar Locos. «Es por eso que cuando supe que a José le gustaría que se hiciera la versión masculina de Locas, me animé a levantarla». Y en ello está ahora junto a Richard García Vázquez -en el papel de Martirio- y producción y dirección de Eva Egido Leiva. 

Dándose la paradójica circunstancia de que tanto cuando leyó Locas como cuando la vio, si bien se enamoró de los dos personajes, el de Gregoria era el que más le inquietaba, intrigaba y atrapaba por su magnetismo y todo lo que le pasa por dentro. «En todo aquello que como lectores vemos más allá del texto, y como espectadores descubrimos por la interpretación que te cuenta todo lo que no dice el parlamento del actor, que provoca que estés con ella en todo momento, como amarrado con una cuerda a sus sentimientos y emociones».

Sin olvidar referirse y recordar la que considera magnífica interpretación de la albacetense Ana Casas como Gregoria, está muy satisfecho ahora de su Gregorio, un personaje lleno de máscaras, pero a la vez tan desnudo, según explica. Y que no es nada fácil representar por su lucha interna constante durante toda la obra y que no termina cuando acaba. «Es un personaje tremendamente activo, pero es una actividad emocional interior y, como actor, se trata de un trabajo precioso y muy interesante». 

Es consciente de que en la versión femenina, lo normal que el público empatice con Martirio, y ahora su reto es que empaticen con Gregorio, «que descubran el tormento que esconde este personaje y el porqué de sus palabras y actos, aunque trate de ocultar sus verdadera emociones, pero enmascarándolas para poder sobrevivir». Y concluye: «¿Terrible, no? Ocultar las emociones para que estas no nos hagan sufrir, pero esto ocurre,  y nos ocurre, a diario. Por eso es necesaria esta obra, por eso es necesario hablar de salud mental. Por eso es necesario e imprescindible vuestro paisano en el panorama teatral español».

De momento, a su ya amplia y fructífera hoja de servicios a nuestro teatro, este imprescindible que es Abellán va a añadir, en un plazo más o menos corto y sin prisas, otras nuevas obras con los temas que le preocupan y que serán en el futuro material dramático. Eso sí, con su filosofía de autor, y de vida: «Lo mejor es trabajar sin presión, porque el placer está en el camino, en la huella que deja aprender».

ARCHIVADO EN: Depresión, Madrid