Alejandro Peñaranda prepara con intensidad la temporada

Pedro Belmonte
-

Su debut con caballos supuso un importante crecimiento personal y es muy consciente de la necesidad de aprovechar todas las oportunidades que se presenten para torear

Imagen de una actuación de Alejandro Peñaranda en la plaza de toros de Albacete. - Foto: Rubén Serrallé

pedro belmonte / albacete

El año 2021 fue para Alejandro Peñaranda el de su debut con picadores, el salto al escalafón intermedio de los que consta la carrera de un torero. Ha sido corto, ya que debutó el primer día de agosto, pero ha podido ver la importancia de tener que estar bien todas las tardes, pues de ello depende el futuro de su carrera, ya que ha pasado de estar arropado por la escuela, a tener que andar solo, esperando que alguien pueda ayudarle, con garantías, en perseguir su sueño. Madera hay, ahora falta quien le de la mano para que sus formas y su concepto de torero profundo, pueda verse por las plazas importantes.

«A partir de mi debut con caballos, creo que ha sido una temporada de crecimiento personal, no por haberme sido complicado hacerme con el novillo de un año más, pero se nota el cambio, ya que de verte arropado por una escuela taurina a verte solo, como estoy actualmente, es más difícil, te hace madurar y te das cuenta que tienes que aprovechar todas las oportunidades que se presenten, por eso digo que ha sido una temporada de crecimiento y de darte cuenta que no puedes dejar pasar nada, pues en mis inicios ibas mucho más cómodo y corres el riesgo de dejar pasar esas oportunidades que luego te das cuenta de lo valiosas que son». Han sido tres novilladas picadas, no es mal número teniendo en cuenta la situación de crisis y haber andado solo. «No es mal número haber podido torear tres tardes, el debut en mi pueblo Iniesta, luego otra en Sigüenza, que me vino muy bien para prepararme de cara a Albacete y la tercera en la feria de Albacete y las tres televisadas por Castilla-La Mancha Media que supone un buen escaparate y gran aliciente. No tengo queja de como ha ido la temporada, pero aspiro a muchísimo más y así me estoy preparando este invierno».

Cambio.

Profundiza sobre el cambio del eral al utrero. «Más que diferencia en el animal, es la exigencia que lleva el circuito, más que en el novillo, pues entras en otro escalafón donde las cosas están más difíciles, hay menos novilladas picadas, la gente te exige más y tienes que dar la cara todas las tardes, porque hay compañeros que están arreando mucho y tienes que quedar siempre por encima para que tu nombre suene en este circuito tan complicado. Como digo, el tamaño del animal y el comportamiento es lo que menos he notado, ya que es algo a lo que tienes que adaptarte y además, antes has toreado toros en el campo y te vas acoplando al animal, por lo que no es algo que te pille de sopetón, así que lo importante es ir encajando en las plazas».

Un debut soñado, con dos figuras del toreo, en su pueblo y con triunfo. «Fue una tarde que recuerdo de forma especial. Verte hacer el paseíllo en Iniesta, con dos matadores de toros de la talla del Fandi y Curro Díaz y con ese entradón de gente en los tendidos, con el apoyo del público en esa plaza, que creo se están haciendo muy bien las cosas estos últimos años, fue muy especial. Con el primer novillo, que no tenía muchas esperanzas, ya que me gustaba mucho más el segundo, terminó embistiendo y recuerdo que disfruté una barbaridad además me tiré las dos veces encima para matarlo y de hecho me partió la banda de la taleguilla y con el segundo, que le tenía mucha fe, acabó rajándose y haciendo cosillas feas y no me dejó disfrutar tanto y la espada tampoco entró, supuso que una tarde en la que podía haber salido con cuatro orejas, terminó con una y una. Si no salgo en hombros el día de mi debut, en mi pueblo, hubiese sido para matarme».

Albacete supuso una prueba importante con una novillada exigente, casi una corrida de toros. «La tarde de Albacete la recuerdo positiva por un lado, porque me ha hecho darme cuenta que hay oportunidades que no debes dejar pasar, saliendo todas las tardes a por todas y mordiendo, y por otra parte un poco agridulce, ya que llovió mucho y al final no pude disfrutarla como me hubiese gustado. El primer novillo no pude disfrutarlo y en el segundo, cuando lo paré con la muleta vi que tenía embestidas muy buenas, pero se paró muy pronto y aunque hubo petición, es lo de menos».

Esperanzado para el año 22, con una gran preparación. «Llevo un invierno de una gran preparación, con mucho entrenamiento de salón, mucha preparación física y sobre todo mental porque es muy importante que la mente esté tranquila y tenga claro los objetivos, por lo que tengo en mente dar la cara y que se escuche mi nombre este año y aprovechar todas las oportunidades».