En estas mismas páginas, traemos el repaso a una gran temporada la completada por el alumno de la Escuela Taurina de Albacete, Samuel Navalón. Otro de los alumnos aventajados, aunque en un escalón ligeramente inferior es Alejandro González quien, en esta su primera temporada toreando en público, ha cosechado triunfos importantes y se coloca como uno de los alumnos de la escuela a tener en cuanta para el año que viene, eso sí, vestido de luces. El propio Alejandro, hijo del profesor de la escuela y banderillero de lujo, Gonzalo González, se está ganando su puesto a base de prepararse bien y ganas de ser torero, sin privilegios, solo con la espada y la muleta.

«En mi caso creo que está claro. Siempre me ha gustado acompañar a mi padre a las plazas y mi afición me viene toda de él, aunque las ganas de ser torero nacieron de mí, ya que nunca nos habíamos imaginado ni él ni yo que me dedicara a esto, pero llegó un día en que lo vi claro y me apunté a la escuela taurina. La verdad es que al principio no le hizo mucha gracia, pero es cierto que siempre me ha apoyado en mi decisión y me ha ayudado mucho, aunque todos los días me habla de las dificultades del mundo del toro y soy consciente de ello, pero a la vez me apoya y me anima y mientras que yo lo intente y luche, siempre lo tendré como apoyo». Quien conoce a Gonzalo sabe de su exigencia y compromiso. «Nos exige a todos mucho, pero es cierto que me pide un poco más, pero lo hace porque le gusta entrenar conmigo y como padre quiere lo mejor para mí. Cuando iba a la fiesta del árbol y el entrenaba a otros toreros, siempre lo veía muy exigente y ahora lo estoy comprobando».

Estudios. No solo en el entrenamiento, sino en los estudios. «En ese aspecto, la escuela exige a los alumnos que lleven bien los estudios y en este caso, a mí me exige más, pero cuando yo he respondido, siempre me ha ayudado y es el primero que, cuando tengo un examen importante, me dice que le dedique el tiempo al examen y si no puedo ir al campo o a entrenar, lo primero es el estudio, en eso es muy estricto».

Un concepto de toreo mandón y trazo largo. «Me gusta poderle a los toros y bajarle las manos, pero siempre con estética, por lo que los toreros en que mas me fijo son Manuel Caballero y Emilio de Justo. He visto muchos vídeos de Caballero y al coincidir en el campo con él, me ha dado consejos que me han ayudado mucho. Me gusta más torear con la muleta, me siento más poderoso que con el capote».

Una gran temporada la de Alejandro. «He quedado contento, ha sido una temporada completa, aunque uno siempre quiere más, pero estoy satisfecho de como se ha desarrollado, sobre todo por los triunfos de Albacete que son los más bonitos, la noche de Valencia, muy especial y el certamen de Cuenca Torea, la primera vez que se celebraba y que pude ganarlo, fue un momento muy especial para mí».

Ahora toca subir de escalón y vestirse de luces. «Espero que este año que viene ya toree vestido de luces porque es la ilusión que tengo, pero siempre bajo los consejos de los maestros. Tengo un vestido de luces y espero usarlo, porque me hace mucha ilusión llevarlo».

Ha podido comprobar el respeto que se le tiene a su padre. Un torero que, en su época de novillero con picadores, fue triunfador de la feria de Albacete. «Cuando he ido al campo o me ha acompañado a alguna novillada, siempre he visto que todos los toreros, profesionales y aficionados, lo respetan mucho e incluso me han hablado de él y la verdad es que me hace ilusión oírlo».

Se habla de toros en casa, como no podía ser de otra manera. «Hablamos mucho de toros, es nuestro día a día porque al fin y al cabo es lo que nos gusta a los dos».

Proyectos para 2023. «El primer objetivo es debutar de luces, superarme a mi mismo y evolucionar, crecer como torero y causar buena impresión a los que puedan verme, porque al final es lo que mueve todo esto. Ojalá y este año pueda debutar de luces en Albacete, me hace una ilusión tremenda».