"Reivindicar la educación debe ser un compromiso individual"

Charo Barrios
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El actor, director y cantante manchego debuta en las letras con 'La palabra mágica', un manual que enseña a hablar en público de forma natural y valora la magia de comunicar bien

"Reivindicar la educación debe ser un compromiso individual"

Presentar a Pedro Mari Sánchez (Ciudad Real, 1954) sería una suerte de indelicadeza, se le conoce desde que apareció en la gran pantalla a los seis años. Han pasado seis décadas, y ahora prepara su estreno como cantante lírico en la zarzuela Pan y toros bajo la dirección de escena de Juan Echanove, y publica un libro que es método y alegato a la vez: La palabra mágica (Gaveta Ediciones). Le ha escrito junto a su esposa, Ana Martín-Coello, experta en comunicación política.

«Las palabras están llenas de falsedad o de arte», dijo William Shakespeare. ¿Lo suscribe?

Claro, las palabras contienen todo: lo mejor y lo peor; el horror y la belleza. El verdadero estudio de la palabra nos lleva a estudiar la condición humana y, en consecuencia, nos ofrece la oportunidad de mejorar. 

¿Hemos perdido eso que dimos en llamar el don de la elocuencia?

En general, creo que sí, dado el poder de los nuevos vehículos de comunicación que llevan a sintetizar en exceso aquello que queremos decir. Eso se ha trasladado a nuestro lenguaje hablado, que, al contraerse tanto, lógicamente, ha perdido elocuencia. Hemos perdido el interés por el matiz y el detalle, que es lo que da riqueza al pensamiento, al habla y al mundo. 

¿Hay un responsable principal, alguien a quien se pueda echar la culpa de ese abandono?

La sociedad ha ido por un determinado camino. Todos, a título individual, tenemos una pequeña parte de responsabilidad en función del poder que poseamos. Lo que tengo claro es que solo se arregla con educación. Y reivindicar la educación es algo que debe ser un compromiso individual y colectivo. 

¿Cómo se escribe un libro de estas características entre dos personas?

Se parte de una comunión en el concepto. Y de desarrollar cada uno las partes específicas del contenido del libro. Ana y yo trabajamos juntos desde hace mucho tiempo, tenemos una enorme compenetración y nos escuchamos permanentemente. Con lo cual, aunque cada uno sea experto en una parte de la materia, los dos estamos presentes en ambas. 

El libro nace de un método que ustedes emplean. ¿En qué consiste?

Yo llevo muchos años indagando en ese universo de la sonoridad de las palabras y el método parte de identificar con claridad los problemas que la gente tiene al hablar en público y aplicar una serie de ejercicios o medidas, que están en el libro, para hablar en público de manera natural, fácil, comprensible y empática. 

Además, se completa con la indagación en cada uno de nosotros, a través de determinadas preguntas, para encontrar nuestro relato personal -del que se encarga Ana- ese que nos hace únicos. Se trata de interesar a la audiencia con lo que decimos y cómo lo decimos. 

En su texto, acude a su experiencia. ¿Alguna anécdota destacable? 

En mi vida profesional, como dura más de 60 años, hay cientos de ellas y algunas se han recogido en esta publicación. Baste decir que mi interés por la palabra verbalizada empieza en mi primera función de teatro, con nueve años, de coprotagonista junto a Paco Rabal. Ahí comencé a detectar un problema en mí que decidí resolver y lo conseguí. 

¿Cuál es la palabra mágica de Pedro Mari Sánchez?

Todas las palabras lo son o pueden serlo. Tienen esa cualidad. Pero la más importante para mí es, precisamente, palabra