«El deporte es una manera de sociabilizar»

Juan Carrizo
-

Onrubia, que en mayo cumplirá 23 años, ya tiene en su palmarés títulos a nivel de clubes con el BSR Amiab y a nivel de selección, con la sub-23 y la absoluta. Su historia habla de normalización a través del deporte y de una gran ambición personal

Óscar Onrubia, jugador del BSR Amiab y de la selección nacional. - Foto: José Miguel Esparcia

El baloncesto se juega con las manos, de ahí que ver como se maneja Óscar Onrubia González (Barcelona, 2000) en el BSR Amiab es todo un espectáculo. El catalán, con apenas 22 años, está ya cargado de títulos con el club albacetense y la selección nacional, pero además es todo un ejemplo de superación y normalización a pesar de su discapacidad. Alegre, activo, bromista en las redes sociales, es todo un ejemplo y un espejo en el que reflejarse.

¿Cuál es su historia?

Tengo 22 años y cuando tenía sobre dos años y medio sufrí una sepsis meningocócica, una bacteria que se mete en la sangre y te empieza a gangrenar las extremidades. Te tienen que amputar las partes afectadas porque si te llega al corazón te mata y eso lo hace en seis o siete horas, es casi fulminante. Estuve varios meses en coma inducido y al salir del hospital empecé con las prótesis. Con seis o siete años mis padres empezaron a meterme en actividades deportivas, primero natación, luego baloncesto en silla de ruedas y con nueve años también handbike. Combinaba tres deportes y con 12 o 13 años me decanté por el baloncesto en silla de ruedas. Hace cuatro años me fui de casa, me profesionalice en el BSR por así decirlo, para jugar en Las Rozas y desde hace tres estoy en el BSR Amiab de Albacete.

Era muy pequeño, así que no tendrá conciencia de lo que le pasó.

Yo prácticamente no me acuerdo de nada, la información que tienes es la que te dan tus padres. Los primeros recuerdos son de cuando empecé a practicar deporte, pero de la enfermedad no me acuerdo de nada.

Entiendo que sus padres vieron  que el deporte era una manera de normalizar su discapacidad.

Yo no soy padre, pero supongo que cuando tienes un hijo y tan chiquitito te dicen que está al borde de la muerte, que le tienen que amputar los dedos de las manos y las piernas, pues se te cae el mundo al suelo. Pero cuando asumes la situación sabes que el deporte es una manera de sociabilizar que va bien a todo el mundo, pero mucho más para una persona con discapacidad. Destruir estereotipos y prejuicios desde muy pequeño va bastante bien.

¿Entre los deportes que realizaba,  por qué se decidió por el baloncesto?

De los tres deportes que hacía dos eran individuales y sencillamente me aburría. Me gusta mucho hablar con la gente; con la natación me pasaba hora y media viendo azulejos azules y con el handbike dos horas viendo asfalto. Llegaba al baloncesto y hablaba con la gente, me divertía. El éxito o la derrota ya no dependen únicamente de uno mismo, pero el deporte grupal me completaba mucho más a nivel personal.

¿Algo se le ha quedado en el tintero a nivel deportivo?

Pues la verdad es que me hubiese gustado mucho hacer lucha grecoromana. Soy muy activo, me gusta el deporte de contacto y a lo mejor lo habría probado. Ahora estoy totalmente centrado en el baloncesto, creo que me espera una carrera bastante larga y espero no tener que cambiar.

Al baloncesto se juega con las manos y usted no tiene dedos, ¿cómo se supera su discapacidad para jugar al máximo nivel?

Yo creo que es como cualquier persona que tiene una adversidad delante, todo es gracias al día a día, al pelear por lo que te gusta. El primer día te sale mal, el segundo sale mejor y al tercero te vas acostumbrando. Llevo jugando al baloncesto desde los seis años, así que no es tan distinto como aprender a atarte los cordones o la cremallera, simplemente es tu día a día. Para mi no ha sido tan difícil porque he vivido siempre así. Creo que es una ventaja que lo que me pasó fue con casi tres años y no con 18, porque yo todos los recuerdos que tengo son sin dedos. Una persona que pierde un brazo con 20 años tiene que volver a aprender las cosas porque lo que aprendió antes ya no le vale. En mi caso, mi primer aprendizaje ya fue con esta discapacidad.

Subcampeón de Europa con la selección absoluta en 2019, oro en el Europeo Sub-22, bronce en el Mundial sub-23 y cuarto en los Juegos Paralímpicos de Tokio, si a esto le unimos los títulos conseguidos con el BSR Amiab, impresionante currículum con solo 22 años.

No me puedo quejar. Con el BSR Amiab he ganado todo lo que podía ganar y es un sueño estar aquí. A esta gente yo la veía en casa cuando tenía 16 años y pensaba, me encantaría jugar con ellos, y aquí estamos. La trayectoria que llevamos no está nada mal, pero yo quiero conseguir una medalla paralímpica, veremos si es posible en París.

Tenía muchas ganas e ilusión por los Paralímpicos de Tokio y le tocó jugarse el bronce contra muchos de sus compañeros del Amiab, que formaban parte de la selección de Gran Bretaña, que ganó ese partido.

Fue una derrota agridulce, porque sabes que estás luego toda la temporada con esos jugones, pero no dejan de haberte arrebatado una medalla. Fue una competencia muy bonita y siempre hubo respeto deportivo. Con el tema del Covid no pudimos vivir la festividad que tienen siempre unos Juegos, por eso mi reto es ir a París.

En estos últimos años su vida deportiva parece haber quedado ligada al técnico Abraham Carrión, lo tuvo como seleccionador absoluto,  en Las Rozas y ahora otra vez en el BSR Amiab.

Yo creo en el hilo rojo, eso de que por mucho que te distancies de alguien hay un hilo rojo que te une y siempre vas a volver. Con Abraham me pasa. Yo iba a venir aquí en la primera etapa de Abraham y no pudo ser, me fui a Las Rozas y allí estaba Abraham, se fue Óscar Trigo de la selección y llegó Abraham y me vengo aquí y ahora he vuelto a encontrarme con Abraham. Es una persona de la que aprendes muchísimo, que te exprime al 100%, que a veces parece complicado de llevar, pero que para mí es de los mejores entrenadores del mundo. Me está ayudando a mejorar una barbaridad.

¿Cómo fue su fichaje por el BSR Amiab?

Con 15 o 16 años ya hablamos de una posible vinculación, pero yo era un crío y habría sido venir a probar. El verdadero interés llegó en la temporada 2019-20, en una Copa del Rey. Se me acercó Portu, el mecánico del Amiab, y me dijo si me gustaría jugar aquí. Ya después me llamó José Carlos Jurado para concretarlo. Yo había dado mi palabra a Abraham Carrión para seguir en Las Rozas, pero el Amiab también estaba gestionando el fichaje de Fran Sánchez Lara y yo me había unido mucho a él. Me llamo Fran y me dijo que el Amiab era un club increíble, que iba a mejorar muchísimo y me convenció. Lo hablé con Abraham, lo entendió y me vine para Albacete. Con la tontería ya llevamos tres añitos.

¿Siente que ha mejorado?

Siento que me queda mucho que mejorar, pero también que mi evolución ha sido espectacular. Estoy rodeado de jugones, con un entrenador exigente como Abraham, con un nivel de juego, un nivel de presión, de exigencia. Aquí es imposible no mejorar, si no lo haces déjalo que algo estas haciendo mal. De todas formas insisto en que todavía me queda mucho que mejorar.

El club ha hecho cambios importantes en la plantilla esta temporada, pero el equipo está en disposición de ganar los cuatro títulos en juego, uno ya conseguido con la Supercopa.

Tuvimos dos bajas muy importantes como son Kyle Marsh y Gaz Choudhry, pero se hicieron dos muy buenos fichajes, como Philip Pratt y Charlotte Woodgate, y no podemos ir mejor. Vamos invictos en liga, somos vigentes campeones en Champions y una Copa del Rey por delante que nos quedó el gusanillo de no poder ganarla el año pasado tras volver de la Champions.

Es curioso que la Liga BSR sea mixta, que puedan jugar juntos hombres y mujeres.

No estoy muy informado sobre otros deportes con discapacidad, pero creo que es de los pocos que son mixtos. Cierto es que solo a nivel de clubes, cuando hablamos de la selección si que se separan los géneros. Aquí en el BSR Amiab nadie está por estar. Si se está es porque lo vales. Si Charlotte y Vicky, antes Almudena, están aquí es porque lo valen y aportan cosas al equipo. Aquí no se hacen distinciones.

Cumplirá 23 años en mayo, ¿qué objetivos tiene a nivel personal?

Me gustaría seguir con la ambición que ya tenía antes de llegar al BSR Amiab. Cierto que he ganado una Copa, una Liga, la Champions. Los fácil sería, como ya la he ganado, pues no pasa nada. Igual que como ya he estado en unas Paralimpiadas no pasa nada si no vuelvo. Pues no es así. Yo quiero seguir ganando títulos, quiero hacer historia con este club y quiero estar en París 2024, estar en todas las Paralimpiadas que me dejen mi cuerpo. Mi objetivo es convertirme en el mejor 1,5 del mundo.

Nota el aumento de visibilidad que ha tenido el baloncesto en silla de rueda.

Se nota muchísimo. La gente por la calle me pregunta sobre los partidos, hay mucho interés en la gente de Albacete por nuestro equipo. Ahora se ven partidos en Teledeporte, algo que parecía impensable, y existe una plataforma que retransmite todos los partidos. Creo que se está empezando a hablar del BSR no como de un deporte para discapacitados, sino de simplemente un deporte profesional. Queda mucho trabajo por delante, porque la discapacidad está aceptada, pero no normalizada.

Habla de París 2024. ¿Es su objetivo a medio plazo?

Para mí París 2024 es una meta y antes hay que cumplir unos objetivos. Antes de París está un Europeo y antes una preselección. Por ello ahora mi objetivo es mantenerme en la selección absoluta, después conseguir la plaza en el Europeo, jugar el Europeo y finalmente estar en París. Todo va ligado, como ya he dicho antes, a que uno de mis mayores objetivos personales es el de ser el mejor 1,5 del mundo.

¿Es el 1,5 la puntuación mínima?

La mínima es uno, en el caso de las chicas -0,5 porque por ser mujer le restan un punto y medio. Se otorgan puntos dependiendo de la discapacidad, cuanta mayor tengas, menos puntos. Luego, sobre la pista, los cinco jugadores no pueden sumar más de 14,5 puntos. En algunas competiciones ya están dejando participar al cinco, que sería una persona sin discapacidad, pero en la Liga BSR la puntuación máxima es el 4,5.

¿Qué diferencias ve entre el baloncesto y el baloncesto en silla de ruedas?

Parecerá evidente, pero la diferencia está en la silla de ruedas. En uno y otro se pueden hacer cualquier tipo de jugada, el problema está en la gestión del espacio. No ocupa el mismo espacio una persona con sus piernas que una silla de ruedas, cuesta mucho más moverte por la cancha.

¿Cuál es su punto fuerte, qué destaca de su juego?

Yo soy un perro de presa. Soy un 1,5 muy completo. Hay 1,5 que son buenos tiradores, otros que defienden muy bien, pero no hay muchos que combinen las dos facetas y yo creo que lo hago. Puedo jugar de exterior, dominar el balón, y también ser un perro de presa. Si tuviera que destacar una virtud sería el rápido movimiento de silla, la defensa.

¿Considera que la defensa es muy importante en el juego?

Yo siempre he dicho que si tu metes un punto y defiendes tan bien que el rival no mete ninguno, al final ganas el partido. Si tu metes puntos en casa ataque, pero no defiendes bien y en cada ataque del rival encajas, no sirve de nada, por eso creo que la defensa es muy importante y es lo que marca que un partido se gane o se pierda.

Por lo que habla, entiendo que está muy a gusto en Albacete.

La verdad es que desde que vine no tengo ninguna queja y hablo a todos los niveles. El club te ayuda de forma increíble en lo personal y en lo profesional nunca me han dejado solo. En otros clubes hay como una distancia entre el jugador y la directiva, pero aquí hay una relación muy directa, muy personal, somos una gran familia. Luego la ciudad es muy acogedora, no hay que coger el coche para moverte, tengo la barbería, el Mercadona, el Polideportivo a cinco minutos de casa. Estoy encantado.

¿Y la accesibilidad de la ciudad?

Puede que esté equivocado, pero creo que Albacete es una de las ciudades con mejor accesibilidad de toda España. Es una de las que mejor montadas están. Siempre encuentras algo, pero por ejemplo no tienes que estar subiendo cuestas, como en Bilbao, que es precioso pero te machaca. Ya digo, estoy muy contento en Albacete y espero seguir aquí mucho tiempo, si el club quiere.